¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónCada vez son más conocidos los vinos de Neuquén. Su calidad no tiene nada que envidiarle a los vinos mendocinos y sanjuaninos. Este gran valle patagónico produce vinos de exportación, pero también es normal verlos en las góndolas de supermercados. La historia de Piedra Libre, el viñedo de Juan, no va exactamente por este lado: a pesar de las más de 10 mil botellas anuales, Juan quiere que sean compradas (y preferentemente consumidas) en el viñedo donde son producidas. Las botellas por el momento no tienen etiqueta porque el marketing es, justamente, el lugar por el que Piedra Libre no va.
Desde El Chañar hasta Centenario, las opciones entre pequeños y grandes productores son varias. La pequeña localidad de Vista Alegre está frente al municipio rionegrino de Contralmirante Cordero y ambas están separadas por el imponente río Neuquén. Las 2 hectáreas del viñedo se encuentran en esta tranquila parte del valle. Caminando entre las parras, Juan me comenta que “lo hermosa y tranquila que es la zona hace de la visita una experiencia única desde el momento en el que uno comienza a acercarse al lugar”.
La familia Esteves es oriunda de San Luis y se instaló hace largos años en Neuquén. La pasión por las costumbres de asado, vino y guitarreada se corresponden también con una visión de cuidado hacia la naturaleza: “Me criaron con los valores de respeto a la naturaleza y es lo que quiero transmitir con los vinos”, indica Juan. Por lo general, en los viñedos se agregan químicos a las plantas para evitar que los pájaros se las coman; también se utiliza el riego por inundación y se hacen fuegos en tachos para evitar las heladas. Sin embargo, en Piedra Libre, se va por otro lado… El método de riego por goteo y el dejar que la naturaleza siga su curso hacen del resultado final un vino puro y realmente autóctono. Pero, sobre todas las cosas, el proceso por el que el vino pasa, desde la plantación parra a parra hasta la cosecha a mano, es en total concordancia con la esencia de la uva y del lugar donde está creciendo.
La visión de Juan al respecto es tal que, inclusive, el nombre Piedra Libre proviene de una metáfora por el estilo. Nos acercamos al río y, después de una mojada de cara, Juan me cuenta: “Vos podés limpiar una y mil veces el terreno, pero la piedra del río siempre va a volver. En cambio, si buscás la forma de convivir con esa piedra sin intentar eliminarla, los resultados van a ser genuinos; acá la piedra es libre”. Esta metáfora cabe también para la vida ya que “la piedra simboliza los obstáculos. Somos un país con muchas crisis económicas y eso es una de las cosas a prever, tener la cabeza y la estructura preparada para cuando venga la mala racha; sino tenés que cerrar y rifar lo que tanto te costó”, sentencia con seriedad.
Piedra Libre produce vinos hace 4 años y tiene un techo de 50.000 o 60.000 botellas. Sin embargo, más que a aumentar desaforadamente su producción, Juan apunta a continuar expandiéndose desde otros ámbitos. Desmitifica a quienes indican que el vino y el deporte no van de la mano y me cuenta que le “encantaría armar un muelle para que la gente llegue en kayak y se pueda comer algo disfrutando de un malbec en la sombra de un sauce”. Algunos fines de semana al mes, ya suceden actividades multidisciplinarias: llegan ciclistas agotados luego de una travesía off road por lugares increíbles, ansiosos por una copa y un poco de aire fresco.
La casa de Juan está, literalmente, en el centro del viñedo. Fue construída por él mismo y tiene una vista inigualable. Instalados en el living, disfrutando de un liviano pero sabroso malbec-merlot, le pregunto a Juan con cuántas personas trabaja. Me menciona a otro Juan, un chico abanderado de la escuela rural a 60 kilómetros de Vista Alegre, que se acercó por amor a aprender y que lo conmovió por su inteligencia y rapidez; y a Leandro, el maestro del riego, definido “con pilas inigualables”. Más tarde, al hablar con los chicos y observar cómo se dirigen a su jefe-profesor, adivino en ellos mutua admiración y ganas infinitas de continuar aprendiendo.
Está claro que, para Juan Esteves, el enólogo más multifacético del valle, los valores culturales son tan importantes y esenciales para la vida como lo es tomarse un buen vino.
Fecha de Publicación: 01/11/2020
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