Lisandro Aristimuño nació en la capital de Río Negro en 1978. Creció en el seno de una familia artística, con un padre director de teatro y músico, y una madre actriz. La influencia patagónica se puede degustar en sus canciones, que tienen taninos de folklore combinados con rock, pop y música electrónica.
Lo que logra Aristimuño es maravilloso. Recupera sonidos tradicionales y los combina con efectos electrónicos e instrumentos acústicos. El resultado da lugar a fusiones nuevas, a veces tranquilas y otras inquietantes. Sus letras, en temas como “Plug del Sur”, “Azules turquesas” y “De nuevo al frío”, entre muchos otros, son capaces de evocar los vientos y los paisajes patagónicos de una manera moderna y, al mismo tiempo, autóctona.
Los inicios del artista
En su adolescencia, Lisandro empezó a cantar y a tocar covers en casinos de la Patagonia. El artista se define como un melómano: solía ratearse del colegio para cebarle mate al empleado de una disquería y así poder escuchar música. A los 16, recorrió la región secundando al músico Fernando Barilá. Fue en plena crisis económica argentina, a fines del 2001, cuando se mudó a Buenos Aires persiguiendo un amor.
En Buenos Aires empezó a estudiar para ser maestro jardinero, al tiempo que promocionaba su primer disco Azules Turquesas (2004). Aunque terminó por florecer allí, y se enamoró de la metrópolis, los vientos del sur se quedaron para siempre en su cabeza. El artista siguió grabando y editando discos con éxito.
Un músico autogestionado
Eventualmente, Lisandro conformó su propio sello discográfico al que llamó Viento Azul Discos. Su primer disco autogestionado fue Las crónicas del viento (2009) y con este obtuvo en 2010 un Premio Gardel en calidad de mejor álbum rock-pop alternativo. Con el devenir de los siguientes discos siguió acumulando premios –en la actualidad cuenta con tres Gardel en esa categoría y un Konex como una de las 5 mejores figuras de la última década de la Música Popular en la disciplina canción de autor. También fue nominado para los Grammy Latinos y ha recibido elogios de artistas reconocidos a nivel internacional. En el 2017 abrió el concierto de Sting en el hipódromo de Palermo y participó del festival internacional Lollapalooza Argentina.
El éxito no ha impedido que Lisandro Aristimuño conserve aún el día de hoy su estilo de cantautor, influenciando a diferentes músicos y adquiriendo cada vez más fanáticos. Y se preocupa porque otros cantantes lleguen al éxito: hace más de dos años que realiza, desde sus sitios oficiales, el servicio M.S.F.L. (música sin fines de lucro) para dar a conocer y acompañar la obra de nuevos compositores.
Madrynense y argentina. Lic. en RRPP (UP), especializada en Comunicación e Identidad Corporativa (UNIR) y docente universitaria. Apasionada por la comunicación en todas sus expresiones, porque como dice Paul Watzlawick “Todo Comunica”… las palabras, las reacciones y nuestro cuerpo. Mi desafío profesional es cuidar de “ese todo”, aportando mis conocimientos y gestionando las herramientas necesarias para que las comunicaciones fluyan como las olas del mar.