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Visitando sitios arqueológicos en Tucumán

¿Te imaginás estar frente a pircas, menhires y piedras que datan de hace cientos de años y que aún conservan sus raíces prehispánicas?

Cuando visites Tucumán no solamente respirarás el aire puro de los cerros o caminarás las calles de la ciudad de la Independencia. Tendrás también la posibilidad de palpitar un legado arqueológico único, testimonio de las culturas precolombinas que forman parte de la identidad del pueblo tucumano.

Los Valles Calchaquíes fueron el escenario predilecto de los pueblos originarios, es por ello que sus riquísimas tradiciones aún se conservan. Viajar allí es regresar en el tiempo y sentirse parte de estas obras de arte. En esta nota te contamos cuales cuáles son los sitios arqueológicos más importantes de Tucumán que tenés que visitar.

Piedra Pintada

Piedra Pintada es una roca de enorme tamaño ubicada a sólo una hora y media de caminata desde el centro de San Pedro de Colalao. Es una de las reliquias más valiosas de la villa que se encuentra entre ríos y cerros, sobre una meseta rodeada de vegetación. Impactante, se alza esta piedra de 3 metros de largo, 2 de ancho y más de 1,50 de altura, enterrada unos 2 metros por debajo del nivel del terreno.

No sólo es el tamaño lo que capturará tu atención, sino que, esta roca descubierta en 1877 presenta 45 figuras que muestran contornos de aves y otros animales tallados en sus caras laterales. Aunque se desconoce su significado, se induce que está relacionado con cultos a la fertilidad y las cosechas. Te recomendamos realizar el paseo con la compañía de guía local debido a que, en el camino, se atraviesa el río Tipa más de una vez.

 

Reserva Los Menhires

La palabra menhir es de origen celta y significa “piedra larga” aunque sería más pertinente usar el término quechua “huanca” o “wanka”, que se refiere a los protectores y propiciadores de los cultivos y el ganado.

En un escenario de valles y quebradas que relajan los sentidos, los Menhires en El Mollar es un clásico que debés conocer. Basta recorrer la Reserva Arqueológica y observar el medio centenar de piedras de más de 2000 años que llegan a medir hasta tres metros, con un peso de hasta 4 toneladas, para apasionarse con el legado arqueológico de las razas primitivas.

Fueron hechos en roca metamórfica, con inclusiones de cuarzo y granito en algunos de ellos, materiales que se encuentran en todo el valle. Sorprenden las formas que se representan: rostros humanos o animales especialmente felinos, formas geométricas o combinaciones de los distintos tipos.

Ciudad Sagrada de Quilmes

Los Quilmes fueron uno de los asentamientos prehispánicos más importantes de los Valles Calchaquíes, el paisaje de las Sierras y el cordón Calchaquí te enamorará y escucharás que habla por sí solo.

Este pueblo alcanzó un inmenso desarrollo social y económico; en el siglo XVII llegó a tener 3.000 habitantes en el área urbana y 10.000 en los alrededores. En la falda del cerro, lograrás advertir las reconstrucciones de la zona residencial, rematada por una fortaleza situada en la cima y dos fortines a ambos costados, sobre la cornisa.

Podrás recorrer el complejo acompañado por un guía y quedarás sorprendido al conocer cada detalle del último bastión de la resistencia nativa ante el avance del conquistador español, que claudicó recién en 1667, cuando 1.700 sobrevivientes fueron trasladados a pie hasta la actual ciudad de Quilmes, donde llegaron solo 400 de ellos.

 

Ruinas de San José de Lules

Las Ruinas de San José de Lules son Monumento Histórico Nacional ya que representan un vivo testimonio de la época de la conquista española y sitio en donde los jesuitas cultivaron por primera vez la caña de azúcar.