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Una perla del norte y un quebracho histórico

Avellaneda es una hermosa ciudad del norte de Santa Fe. En su plaza central perdura un quebracho que guarda mucha historia.

Ya venimos hablando de Avellaneda, provincia de Santa Fe, en Ser Argentino. Es una ciudad del norte de la provincia de la cual te contamos sobre sus hermosas fiestas tradicionales. Te compartimos recetas de la gente de su zona y hasta intrigantes leyendas. Pero nos faltaba presentártela como atracción turística, porque ciertamente lo es. Además de su hermoso entorno natural, rodeada por la imponente jaaukanigás y con cómodos campings. También, posee múltiples posibilidades para la caza y la pesca y todas las bondades de los ríos y arroyos que la rodean, Avellaneda tiene una hermosa historia. Una historia relacionada con un árbol centenario. Es un quebracho que se encuentra en medio de la plaza principal de la ciudad.

Antes, te ubicamos en el mapa, para cuando quieras visitar al objeto de esta nota. La ciudad de Avellaneda se encuentra en el noreste de la Provincia de Santa Fe, sobre RN 11. La separan 322 kilómetros de la capital de Santa Fe. La urbe está emplazada sobre la margen izquierda del Arroyo El Rey que, a través de otros afluentes, lleva sus aguas hacia el Río Paraná. Vecina de la importante ciudad de Reconquista, Avellaneda es otra opción para conocer lo que el litoral argentino tiene para ofrecer. De raíces italianas, en la actualidad mezcla las tradiciones de sus inmigrantes con las regionales y es dueña de un gran acervo cultural que se manifiesta en sus múltiples fiestas populares. Dinámica, pero conservando la tranquilidad en sus barrios, es un destino ideal para descansar y disfrutar de las comodidades urbanas. Es visitada por muchos veraneantes que buscan refrescarse en sus aguas: el Camping Municipal ofrece un excelente balneario de arenas blancas y grandes arboledas, cantina, parrillas y todo lo necesario para compartir al aire libre.

El quebracho histórico

En el mes de agosto de 1879, cuando la población había comenzado a tomar su ritmo, el Coronel Manuel Obligado había sido enviado a esta región por el gobierno nacional para impedir el avance de los indígenas hacia el sur. Por esos años, llegaban los friulanos a lo que hoy conocemos como Avellaneda. Llenos de sueños, empezaban de cero su vida en América. Pero el terreno donde se instalaron estaba lleno de inconvenientes. La principal amenaza: los abipones, que reclamaban sus tierras. Comenzaba un largo periodo de conflictos.

 La historia cuenta que Obligado reunió a todos los inmigrantes para agasajarlos con un asado. Era el primero que comían ellos en esta tierra. Lo prepararon los mismos soldados, a la sombra de un gran y hermoso quebracho. Al finalizar la comida, propuso que, en homenaje al entonces presidente argentino, pusieran el nombre de Presidente Dr. Nicolás Avellaneda al pueblo que estaba surgiendo. Mudo testigo de este importante momento fue el frondoso árbol que aún hoy se conserva en la plaza central. Se yergue con sus ramas secas tendidas al cielo, como implorando la bendición de Dios sobre la ciudad.

Si bien el quebracho está en el escudo de Avellaneda, su historia no es tan conocida. Al menos, no fuera de la ciudad. Creo que está bueno que empecemos a contarla. Si te llegás hasta esta perlita del norte santafesino, además de aprovechar de un día de camping, no dejes de ir a la plaza. Conocer el quebracho de Avellaneda es conocer un lindo capítulo de historia argentina.

 

 

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