En el sector sur de la amplia costanera de Rosario, el terreno que hoy ocupa el Parque Urquiza, originariamente, formaba parte de lo que se llamaba Estancia Marull. Se trata de barrancas naturales que caen sobre el río Paraná. Estos antiguos terrenos ferroviarios encontraron, ya hace más de medio siglo, un destino de uso colectivo para todos sus habitantes.
Es así que el rosarino disfruta plenamente las tardes en el Parque Urquiza. Es muy espacioso y ofrece muchas posibilidades para el ocio. Lo que lo hace sumamente interesante como alternativa de esparcimiento es que se encuentra a pocas cuadras de los circuitos más céntricos de la urbe.
Solo un poco de lo que hay
Alrededor de la antigua estación del ferrocarril, hoy convertida en centro cultural y sala de exposiciones, se extiende una batería de canchas de fútbol, básquet, playones y juegos de plaza, de lo más variados. Para los nostálgicos, hay juegos de sapo, ajedrez y ¡hasta bochas! Además de bares y confiterías con mesas afuera, para disfrutar del parque mientras tomás algo.
En su corazón se encuentra el Complejo Astronómico Rosario, integrado por el Planetario, el Observatorio y el Museo Experimental de Ciencias. Es parada obligatoria en las excursiones escolares.
Para disfrutar espectáculos al aire libre, “cavado” en la barranca se encuentra el imponente Anfiteatro Municipal. Tiene capacidad para tres mil personas.
Si te gusta caminar, sus senderos están bien cuidados y son muy atractivos. Durante el andar, verás parejitas y grupos de amigos intercambiando mates, biscochos y risas sobre el césped.
Una perlita: la hermosa fuente de hierro fundido que se encuentra en la esquina de 3 de febrero y Chacabuco. Cuentan que fue traída desde Inglaterra en el siglo XIX.
Chicos y grandes disfrutan del Parque Urquiza. Podés pasar una tarde haciendo de las cosas más variadas: actividad física, picnic al sol, conocer sobre astronomía, tomar un trago en una confitería, asistir a un recital o aprender de historia. No dejes de conocerlo en tu próxima visita a Rosario.