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Ir a la secciónBuenos Aires - - Miércoles 01 De Febrero
Al ingresar por la puerta principal del Colegio de la Inmaculada Concepción, el vestíbulo recibe al visitante con una muestra permanente que testimonia los años en que el Papa Francisco fue profesor allí como parte de su formación sacerdotal. Fotos, cartas y testimonios volcados en anécdotas conforman la exhibición. Por la puerta sur del hall, se accede a la escalera que lleva al segundo piso, donde un aula ostenta la placa que la identifica como el “dormitorio del Papa Francisco”, en ese entonces, el maestrillo Jorge Bergoglio.
En el mismo piso, se encuentra la antigua biblioteca, con infinidad de ejemplares de variada antigüedad y con publicaciones recientes, que pueden ser consultados no solo por los alumnos actuales del colegio, sino también por público en general.
Al subir al tercer piso, la visita al Observatorio sorprende por la cuidadosa elección, clasificación y exhibición de elementos que datan de varios siglos, entre los que se destacan publicaciones originales, armamento perteneciente a la Orden, vestimenta y una colección de imágenes del siglo XIX. Hay varios “inventos” realizados en los laboratorios y talleres. Cabe recordar que, en épocas en que no toda la ciudad contaba con luz eléctrica, en el Colegio se fabricó un generador, por lo tanto, nunca se carecía de ella.
En el año 1882, se organizó el observatorio y comenzaron a desarrollarse actividades en él. Por lo tanto, es patrimonio de todo el material específico relacionado con el tema. Actualmente, con la valiosa colaboración del CODE (Centro Observadores del Espacio) se ha puesto en marcha, para quienes visitan el Museo donde se conserva el primitivo observatorio (sus muros con la decoración original), una muestra interactiva, que incluye proyección de documentales y la observación guiada del espacio.
La Manzana, completamente ocupada por el Colegio, alberga instalaciones independientes, aunque comunicadas entre sí, para los tres niveles educativos: el inicial, con acceso desde calle 25 de Mayo; el primario, con acceso desde calle General López; y el nivel secundario, con acceso por la puerta principal desde calle San Martín. En todos ellos cuentan con laboratorio, salas de plástica, música. También una capilla doméstica, comedor, cantina y patios, acompañando así al desarrollo académico en las aulas. En cuanto a los deportes, se desarrollan en la segunda manzana jesuítica, separada de la del Colegio por la calle 25 de Mayo, donde se encuentra el Ateneo, con 3 piletas, cubiertas y descubiertas; playón deportivo de usos múltiples; cancha de básquet; cancha de hockey; futsal y gimnasio. Dentro de este espacio existen dos construcciones destinadas a alojamiento para visitantes y alumnos de otras ciudades y para asistentes a retiros espirituales. Además, el Colegio tiene, a la vera del río Salado, un amplio y bien equipado campo de deportes.
Fecha de Publicación: 13/03/2020
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