La localidad costera de Helvecia, en el centro este de Santa Fe, tiene una interesantísima propuesta turística. Pero, para conocer el “Circuito más allá de la vida”, conviene hacer un repaso histórico.
El 1° de enero de 1865 la empresa colonizadora que encabezaba Teófilo Romang, llegó a este lugar con 11 inmigrantes. Concretaban así el contrato celebrado con el gobierno provincial el 25 de octubre de 1864. El 25 de enero de 1865 quedó delineado y planificado el pueblo que, en homenaje a la confederación helvética, Romang llamó Helvecia. Así quedó inscripto en el Departamento Topográfico.
Para cumplir el compromiso de colonización, debían establecerse en la colonia, 125 familias. Entre las que llegaron en su mayoría eran suizas y francesas, algunas de argentinos. Pero también italianos, alemanes, ingleses y españoles, nacionalidades que se registran en el censo del año 1872.
La mayoría de ellos siguieron el camino de Teófilo Romang, fundando otras colonias agrícolas. Pero otros permanecieron en Helvecia. Levantaron las vigas de la sociedad helveciana, ardua tarea, en medio de una Argentina en pleno proceso de organización nacional.
Así, en el ingreso del cementerio, la Prof. Nilda Winkelmann inicia el circuito mostrando el portón de entrada, que data de los comienzos de la colonia. Y un plano nos muestra adonde estamos y cuál es el sector antiguo que vamos a visitar, como así también los puntos de interés en dicho sector.
A medida que vamos recorriendo nos detenemos en los puntos señalizados con carteles y brevemente referimos al significado de los textos, las fechas, los símbolos, la disposición y todo lo que esta gran riqueza patrimonial tangible nos cuenta y nos recuerda.
Un recorrido muy caro a los sentimientos locales
Los que vinieron con Teófilo Romang y se quedaron aquí, esos, cuyos restos descansan en el cementerio local son los suizos Edmundo Cerf, Federico Bieri y José Baumgartner. Muchos de sus descendientes siguen apostando al crecimiento de un pueblo que ha sido reiteradamente dejado en el olvido, a pesar de la pujanza que exhibió en los primeros años de su nacimiento.
En el cementerio podemos ver un sector especialmente dedicado a los sepulcros suizos y alemanes que, por ser protestantes, sus tumbas se caracterizan por su sencillez. En muchos casos fueron construidas con un cerco de rejas, y sepultados en tierra. Es que consideraban que debían hacer lo que expresan los escritos bíblicos “… del polvo venimos y al polvo volvemos…”. Ese es el sector donde se nota una mayor sobriedad y donde las lápidas están escritas en alemán. Podemos ver allí la tumba de Santiago Kaufmann y su esposa, hermano de Gaspar Kaufmann. Quien fue cautivo de los indios y luego, baqueano con la llegada de los colonos.
En los otros tres sectores se encuentran familias católicas, siendo en el sector A donde hay mayor cantidad de inmigrantes italianos.
Algunos habitantes del pueblo y colonia Helvecia cumplieron por aquellos años importantes funciones sociales, educativas y políticas que sentaron bases para su sociedad actual.
La riqueza histórica que guardan las tumbas del cementerio de Helvecia es mucha. Por eso, nos pareció interesante profundizarla en una segunda parte de esta nota. Estate atento, entonces, a la segunda entrega por este recorrido Más allá de la vida.
Argentino, nacido en la ciudad de Santa Fe. Licenciado en Comunicación Social, especializado y apasionado por la redacción. Amante de las canciones, los idiomas y la interculturalidad. Me gusta emocionarme con un lindo texto y dejarme sorprender como un niño. Juego a que soy escritor y músico.