En la provincia de Santa Cruz hay tres corredores turísticos que quienes la visitan, deben recorrerlos para poder conocer y disfrutar de la inmensidad de los diversos paisajes que puede ofrecer la Patagonia desde el mar a la cordillera.
Se trata de los Corredores del Viento, el de la Ruta Azul y el de la Ruta 40, tres propuestas turísticas diferentes que invitan a enamorarse de la belleza santacruceña.
En esta ocasión, te contamos todo sobre el Corredor Ruta Azul, que costeando el Mar Argentino te lleva a conocer las ciudades santacruceñas mezclando paisajes con la historia de la provincia patagónica.
Corredor Ruta Azul
La meseta, el mar y los pueblos del este santacruceños que son atravesados por la RN 3 nos regalan este hermoso corredor, que combina la historia de los navegantes, de los pueblos originarios y de los ganaderos con la naturaleza patagónica.
El recorrido puede iniciarse en Río Gallegos, la capital de Santa Cruz. Es la puerta de acceso para llegar Cabo Vírgenes, el punto más austral del área continental y punto de inicio de la Ruta 40 -y su también maravilloso Corredor-.
Se trata de una típica ciudad de la Patagonia más austral, con museos, ideal para los amantes de la pesca y de quienes disfrutan de avistar la flora y la fauna autóctona. Con una buena oferta gastronómica y hotelera, Río Gallegos invita a pasear por su casco urbano y visitar sus museos, pero también a disfrutar del área rural.
El viaje continúa por localidades que tienen un gran valor histórico para la provincia, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI, cuando los navegantes llegaron hacia el sur del continente para explorar y conocer qué es lo que había en estas tierras. Se trata de Puerto Santa Cruz, Comandante Luis Piedra Buena y Puerto San Julián.
Puerto Santa Cruz es la primera ciudad de la provincia y también fue la primera capital. Pequeña, pero pintoresca y amena, es una localidad a la que debe ir cualquier persona interesada en descubrir historias de navegantes que llegaron a este rincón de Patagonia desde 1520 en adelante.
Más cerca en el tiempo, en 1859, en Comandante Luis Piedra Buena comenzó el poblamiento de Santa Cruz y fue allí cuando el militar cuyo nombre es el que lleva el pueblo, izó por primera vez la bandera argentina en la Patagonia austral. Además de su inmenso valor histórico, la localidad es reconocida por ser un punto de llegada para los amantes de la pesca deportiva, dado que allí se encuentran en las aguas del río Santa Cruz ejemplares de trucha Steelhead, variedad de la trucha Arco Iris, única en el mundo por la gran cantidad de ciclos migratorios que realiza, lo que le permite alcanzar un gran tamaño, además de una fortaleza y velocidad inusuales.
En Puerto San Julián, fue donde desembarcó en 1520 la flota de Fernando de Magallanes, y donde se realizó la primera misa en suelo argentino. La historia de los primeros registros de la llegada del hombre blanco combina con la naturaleza y los avistajes de fauna marina, brindando una oferta atractiva para los turistas.
En Puerto Deseado, la naturaleza nos invita a disfrutar del encanto y la tranquilidad de la Patagonia. Loberías y colonias de cormoranes son parte del atractivo de esta localidad ubicada en la ría del Deseado.
Fitz Roy y Jaramillo nacieron a partir de la expansión del ferrocarril en la Patagonia. Se trata de dos pueblos que comenzaron a edificarse en los albores del siglo XX y también fueron escenario de los tristes hechos de la Patagonia trágica. A 140 kilómetros de allí, se puede acceder al Parque Nacional Bosques Petrificados de Jaramillo.
Siguiendo hacia el norte, nos encontramos con dos ciudades de tradición petrolera: Pico Truncado y Caleta Olivia. La primera de ellas se encuentra en la denominada Ruta MARA (Museo Arqueológico Regional Austral), que trabaja el concepto de museo a cielo abierto utilizando como camino principal la RP 12, trazando un vínculo entre los patrimonios arqueológicos, paleontológicos y geológicos que se encuentran en esa zona.
Otro de los puntos a visitar en Pico Truncado es Sierras Blancas, donde diversos tipos de minerales forman cañadones de unos 30 metros de altura, que realizan un recorrido de 3 kilómetros, nos invitan a descubrir el paisaje infinito de la Patagonia.
Por último, Caleta Olivia, donde la industria petrolera se puede conocer a fondo visitando al el Parque Temático 26 de Junio. El trabajador petrolero es homenajeado allí con el "Gorosito", un monumento dedicado a los obreros de ese sector. Playas, acantilados y fauna autóctona completan la propuesta.
De esta manera concluimos el Corredor Ruta Azul, aunque la ruta 3 nos invita a seguir transitándola conociendo Comodoro Rivadavia, Camarones, Trelew, y Puerto Madryn en Chubut, continuando en Río Negro por Sierra Grande, San Antonio Oeste y continuando camino hacia el norte para seguir recorriendo el país.
Licenciado en Comunicación Social. Nacido y criado en Chubut, actualmente alejado del pago. Siempre que puedo, hablo de la Patagonia. Tengo buena memoria –para cosas bastante intrascendentes, pero buena memoria en fin–. Le meto ganas a lo que hago, porque sin pasión no vale la pena.