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El camino hacia la cascada

El trekking hacia la cascada de El Salto es uno de los más demandados en Mendoza. Son 7 kilómetros de un camino de montañas y arroyos.

Dada la aridez con la que cuenta nuestro suelo, el hecho de que exista un sendero de montaña que nos lleve directamente a una cascada, es algo para explotar turísticamente. Por eso, el camino hacia la cascada de El Salto es tan concurrido. Su dificultad es entre moderada y baja, lo puede hacer toda la familia y sus paisajes son alucinantes.

Salimos desde Mendoza rumbo a Potrerillos, luego empalmamos con la RP 89 y seguimos por el desvío a El Salto. Al finalizar el camino de asfalto, continuamos por el de tierra hasta una tranquera que marca el ingreso a la Estancia El Salto. Desde Mendoza hasta el ingreso son, aproximadamente, 80 kilómetros. Lo ideal es dejar el vehículo en un descampado, frente a una cervecería artesanal que podemos visitar a la vuelta. Pagamos el ingreso y comenzamos la caminata por la Quebrada de la Manga. El sendero no presenta dificultades técnicas y está bien marcado en la mayoría del recorrido.

En la primera parte, el camino presenta mucha vegetación, algo atípico para Mendoza, pero un poco más lógico si tenemos en cuenta que la villa de El Salto es bastante más verde y húmeda que el resto de la montaña mendocina. Al comienzo del sendero se muestran vegas y mucha rosa mosqueta. De todas maneras, los senderos se dejan ver fácilmente, es cuestión de estar un poco más concentrados. Los mismos siempre acompañan el curso de agua, por lo cual nunca deberíamos alejarnos del mismo. Es un lugar muy bello, con mucho verde, las aves nos acompañan en todo momento, también encontramos vacas y caballos pastando tranquilamente como en las postales. 

Luego de caminar cerca de 4 kilómetros, y haber recorrido más de la mitad del camino, este se desvía hacia la izquierda, al igual que un brazo del arroyo. De esta forma, comienza una cuesta bastante pronunciada que, rodeando unas enormes rocas en su parte final, nos llevará al pie de la cascada. Hasta cerca de la base se puede llegar sin inconvenientes, pero para el último tramo hay que escalar por una gran piedra y caminar unos 100 metros con una pendiente importante, pero el esfuerzo vale la pena. Luego de 3 horas de caminata vemos, a lo lejos, la cascada. A medida que nos aproximamos, comenzamos a escuchar el sonido del agua al caer de tanta altura.

Camino hacia la cruz