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Ir a la secciónBuenos Aires - - Viernes 02 De Junio
La Posada del Qenti es una de las postas más impactantes de Córdoba. Se trata de uno de los mejores establecimientos hoteleros con más servicios y donde se puede obtener una relajación sin precedentes. Ya que este lugar se encuentra sumergido en las Sierras de Córdoba, promoviendo una nueva forma de turismo enfocada en el bienestar médico. Esta Posada se encuentra en un punto donde Córdoba dialoga con el cielo y levanta vuelo con los cóndores. La Posada brinda, con su estilo rústico y confortable, momentos inolvidables.
Mil y una propuestas
Dentro del complejo, existen varios tipos de actividades que hacen de la estadía una nueva aventura. Además de ofrecer los tratamientos médicos individuales para optimizar la salud a través del cambio de hábitos para adelgazar de forma saludable y descender el nivel de estrés, ofrece actividades de turismo activo y natural. Lo que tiene como resultado la estadía perfecta. Este lugar se encuentra, dentro de una reserva natural en Villa Icho Cruz y ofrece una experiencia donde solamente hay un único requisito indispensable: querer disfrutar.
La Posta ofrece una amplia y variada gama de excursiones y aventuras para compartir en familia, en pareja o con amigos. En estas planificaciones llevadas a cabo por profesionales del turismo al servicio de los huéspedes, se recorren todos los rincones de las Altas Cumbres, para que tus días estén atravesados por el contacto más puro con la naturaleza. Desde excursiones a ríos subterráneos, rappel, trekking, cabalgatas y aventuras nocturnas, hasta recorridos por cascadas y valles. ¿Vos te animarías a vivir la aventura del Qenti?
Más que aventuras
Desde este grupo no solo se ocupan en ofrecer momentos de ocio y goce, sino también de ofrecer un servicio de vacaciones saludables. Donde un equipo de médicos y profesionales de la salud te espera para ayudarte a mejorar tu calidad de vida, a disfrutar a pleno previniendo enfermedades, y retrasando los síntomas del envejecimiento. Todo esto, se realiza a través de tratamientos médicos personalizados, con toda la infraestructura necesaria, inmersos en un entorno natural privilegiado por la naturaleza.
El Centro Médico de La Posada del Qenti, que en la actualidad cuenta con más de 30 profesionales dedicados a mejorar la salud de las personas. Está conformado por médicos clínicos especialistas en obesidad y síndrome metabólico, cardiólogos, gerontólogos, nutricionistas, psicólogos, bioquímicos, fisioterapeutas, esteticistas, coachs y entrenadores. Allí fue donde un ícono de la argentinidad pudo recuperar un poco de su estabilidad y su esencia...
Córdoba, sede de recuperación
Para 1990 Diego Armando Maradona, eligió Córdoba para desintoxicarse, pero los intentos fallaban una y otra vez. “Estuvo en 1990 para el Mundial de Italia, en 1994 cuando lamentablemente Diego quedó afuera y en 1997 con la ilusión de volver a jugar al fútbol y estuvo 10 días, con el objetivo de jugar el Mundial de Francia 1998”, recuerda Miguel Cané, director de la Posada del Qenti, donde el ídolo se hospedó para realizar un programa de desintoxicación con profesionales de la salud.
Maradona estuvo acompañado de Guillermo Coppola, del boxeador “Tigre” Sosa y Daniel Cerrini. “Estuvimos trabajando para ponerlo a punto, bajó 7,5 kilos de grasa y subió 3 kilos de masa muscular, hicimos un programa de desintoxicación muy fuerte, tal es así que volvió a jugar en Boca, y ya tenía 37 años”, detalló, reviviendo las épocas más oscuras del astro del fútbol. “Esa fue una de las estadías de 10 días donde tuve la oportunidad de compartir día y noche con él, y me quedará el recuerdo para toda la vida”, expresó.
El tratamiento
El cordobés detalló a los medios que “Durante el día había una hoja de ruta donde la actividad física era muy importante, hacía boxeo por una hora u hora y media diaria, y es la gran cualidad que tenía de cintura y piernas, era la actividad complementaria exacta para tener esa magia en cancha”. Para esos tiempos, cuando se corría la bola en la provincia de que Dios se hospedaba en La Posada del Qenti, la entrada del lugar se llenaba de multitudes que morían por verlo, aunque sea, un rato. En una de las ocasiones, hasta le sugirió a Diego que se vaya a otro lado, donde pueda encontrar más tranquilidad, porque la cantidad de gente no iba a permitirle llevar a cabo el tratamiento de la mejor manera.
Sin embargo, cuando las aguas se calmaban, Diego disfrutaba de su estadía en tranquilidad y paz. Lo que necesitaba. “Por la noche disfruté de las veladas escuchándolo cantar tango y folclore, y una noche vinieron Los del Suquía, y era un gran jugador de truco”, describe Cané.
Fecha de Publicación: 13/01/2021
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