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Huertas Malas, Postas Buenas

Te contamos todo sobre un lugar icónico de las sierras que te invita a descubrir lo inmenso del monte serrano y la magia de la naturaleza.

La quebrada Huertas Malas, se encuentra enclavada entre las laderas del cerro Ovejero y la pared oriental del Uritorco. Se consolida como uno de los parajes más sorprendentes del cordón de las Sierras Chicas. Además, se localiza en un punto estratégico donde se pueden conocer también otros atractivos como la Cueva del Ermitaño y la cascada Las Golondrinas. En Capilla del Monte, surcada por dos arroyos, rodeada por abundante vegetación y diversos atractivos se encuentra esta magnífica posta. Donde la armoniosa naturaleza de la zona desafía a los fanáticos del trekking a aventurarse entre sus senderos serranos con duras pendientes.

Para ir caminando

Desde el popular balneario capillense La Toma, por el mismo ascenso que conduce al dique Los Alazanes se llega a esta quebrada. Tas una marcha de entre tres y cuatro horas, el destino se encuentra en estado natural, tal y como nació. Su camino ofrece unas panorámicas conmovedoras mientras se va arribando a la quebrada. 

Puntos cardinales de la belleza

Luego de cruzar el puente del río Calabalumba, un camino conduce a la Cuesta del Toro, a lo largo de una trepada de aproximadamente una hora. Una apacheta y un pequeño cerro en punta indican el cambio de rumbo hacia la izquierda. En forma de zigzag sobre la ladera este del cerro Overo llegamos a la cresta; un punto donde ya no hay casi vegetación, salvo los rubios pastos de altura. El ascenso continúa por unos metros más y se arriba a un mirador cubierto de túneles con flores anaranjadas, desde donde se divisa a lo lejos la localidad de Capilla del Monte.

La caminata prosigue por la pared oeste del cerro Overo hasta llegar a una pampilla desde donde se observan vistas increíbles. Por el oeste el cerro Uritorco, el más alto de las Sierras Chicas y hacia abajo, el bosque que identifica a Huertas Malas.

Último tramo

El último tramo desde la pampilla hasta la quebrada se realiza dentro de un tupido bosque de molles, cubiertos de una especie de plantas del aire o “barba de viejo”. Finalmente se llega al arroyo Las Rocías, que a su izquierda tiene el arroyo Huertas Malas. Este es un punto de encuentro entre ambos cursos de agua que recibe un sombreado lugar de acampe. En este rinconcito, se descubren sobre las paredes culandrillos, inmensos helechos colgantes, haciéndonos respirar el verde fresco de las hierbas. En las orillas del agua, pajonales, enormes piedras y mimbres de gran porte.

Posta buena: Cueva del Ermitaño

Al seguir el curso de agua en el sentido contrario a la corriente, se deben sortear grandes piedras que, luego de media hora, presentan a la Cueva del Ermitaño. En torno a la cual circulan muchas historias y mitos. Lo tangible es que se trata de una cueva o refugio ubicado bajo una gran piedra en forma de alero que alguien cerró con una pirca de piedra asentada en barro y dejó una puerta.

Posta buena: Cascada Las Golondrinas

Un último esfuerzo permite llegar a la Cascada de las Golondrinas, que por tramos se deja ver y que para observarla completa obliga al caminante a meterse en una hoya que es profunda y extensa. Al nadar y aproximarse al lugar reciben pájaros que abandonan las paredes de roca ubicadas detrás de la cascada. Este lugar, protegido de los vientos genera un microclima, tiene algo especial, indefinido y único. 

Estas tres postas ubicadas en las cercanías a Capilla del Monte son lugares mágicos que nos invitan a conectarnos con los sentidos naturales y la ancestralidad. En estos viajes, las tierras cordobesas nos regalan historias a través de sus piedras y paisajes, invitándonos a vivir experiencias donde la madre tierra nos cuenta verdades únicas. 

¿Vamos?

 

 

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