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Villa Devoto, el orgullo de su Basílica

Villa Devoto en la Ciudad de Buenos Aires, muestra con orgullo su Basilica a vecinos y turistas

La historia de la Basílica San Antonio de Padua en el barrio de Villa Devoto de la Ciudad de Buenos Aires comienza a mediados del siglo XIX, más precisamente el 2 de septiembre de 1852. Fecha en la que el Banco Inmobiliario, a expensas de su presidente Antonio Devoto, compra el tambo La Lechuza. Su objetivo, según consta en el Archivo General de la Nación, desarrollar un barrio y su Iglesia.

Se le encarga al arquitecto Juan Antonio Buscchiazzo realizar la traza del lugar. En de abril de 1889, el Intendente interino de la ciudad, William Cranwell, aprueba la traza. Este personaje tiene sobre sus espaldas la decisión de haber mandado a demoler los arcos Norte del Cabildo, y la sede de la Policía frente a la Plaza de Mayo. En 1890 Argentina ingresó en cesación de pagos de su deuda. La crisis ocasionó la quiebra del Banco Nacional que, junto con las dificultades políticas expresadas a través de la Revolución del Parque, provocó la renuncia del Presidente Miguel Juárez Celman. Esta situación hizo que la venta de los terrenos quedara paralizada.

 

En 1913, se contrata al arquitecto austrohúngaro Josip Marković que tomó como modelo el panteón real de la Basílica de Superga en Italia. Asimismo, encomendó las pinturas a los artistas italianos Dante Ortolani y Luis Boni quienes junto con un grupo de artesanos se abocaron a esta magnífica obra. Devoto fallece en 1916 sin ver concluido su sueño. El templo recibe la erección canónica el 12 de octubre de 1928.

Datos Arquitectónicos de la Basílica

El Altar Mayor de la Basílica, dedicado a San Antonio de Padua, está realizado en mármol de Carrara. Arquitectónicamente el templo es un claro exponente del estilo neoclásico romano, con cuatro columnas toscanas que dominan su fachada, frisos adornados con los símbolos marianos (flor de lis) y frontis triangular.  La nave principal, tiene cuatro brazos de la misma longitud, en forma de cruz griega.  Los dos laterales junto al que se encuentra en la cripta, el púlpito y el baptisterio, fueron traídos desarmados de Italia. Los ensamblaron directamente en el lugar en que se encuentran actualmente.

 

En el presbiterio, al pie del altar, se encuentran los símbolos basilicales: el canopeo o umbraculum y el tintinábulo. El Cristo crucificado es una obra tallada a cincel sobre el mismo mármol que el retablo. Hay fuentes que aseguran que pertenece al escultor florentino Antonio Frilli y que obtuvo un premio en la ciudad de Turín. No hay información que certifique esos dichos. Es más, Frilli falleció en 1920, un año antes que se bendijera la piedra fundacional y ocho después de concluida.

 

En los dos costados, los dos retablos menores, están dedicados a la Virgen María y a su esposo San José. El de la Inmaculada posee el bajorrelieve de La Piedad. El de San José posee un bajorrelieve de la Sagrada Familia en el Pesebre de Belén. Los Sagrarios fueron quitados después de la reforma del Concilio Vaticano II, por lo que los lugares que ocupaban han sido cubiertos.

A puro mármol

El Púlpito está esculpido en dos bloques también de mármol de Carrara y tiene la forma de un gran cáliz. Alrededor de la copa, se observan talladas cuatro imágenes que tienen la particularidad de estar coronadas por valvas, en lugar de la aureola que irradia de las testas de los santos. Las valvas representan la purificación alcanzada a través del agua.

 

En la parte inferior de las pechinas, existen cuatro nichos en los que se erigen sendas estatuas que representan a las 3 virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y a la religión. Observando estas imágenes, notamos que cada una de ellas tienen un elemento que permite su identificación: la “Caridad” está acompañada por un niño, como claro símbolo del amor y entrega hacia el prójimo. La “Esperanza” muestra un ancla, con la que se espera alcanzar el puerto seguro. La “Fe” sostiene la Cruz a través de la cual creemos en Cristo. La “Religión” tiene en sus manos un cáliz, como símbolo de la Eucaristía.

Fuente: BAIglesias
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