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Ir a la secciónBuenos Aires - - Jueves 08 De Junio
Si bien, por el catastro de la Ciudad, el Parque Lezama se encuentra en el barrio de San Telmo, Otros dos barrios más acarician sus veredas ellos son La Boca y Barracas. En una de las pocas barrancas naturales libres de cemento o edificios se muestra orgulloso porque allí, según lo indican muchos historiadores Pedro de Mendoza, en 1536 durante la fiesta religiosa de la Epifanía, desembarcó erigiendo el “Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre”.
La zona se conoció con varios nombres "El Bajo de la Residencia", "La punta de Doña Catalina” y la "Barranca de Marcó". En el lugar también se asentaron pequeñas industrias como el primer horno de ladrillos, el primer molino de viento como así también los depósitos para almacenar mercaderías y, la barraca de la "Real Compañía de Filipinas", donde descendían los esclavos antes de llevarlos a la zona de El Retiro.
Con el correr de los años toda la zona se fue convirtiendo en un lugar donde la aristocracia porteña edificaba quintas para pasar las vacaciones. Recordemos que el rio llegaba cerca de lo que hoy es Paseo Colón. El predio propiamente dicho del Parque Lezama es comprado por primera vez por el Alférez Real Ventura Marcó del Pont (de ahí el nombre de la Barranca de Marcó), luego por Manuel Gallego y Valcárcel, antiguo secretario del Virreinato. Al fallecer en 1808 va a remate y adquiere el lote y la casaquinta de 32 habitaciones el escoses Daniel McKinley.
Este usa el terreno para plantar árboles frutales y hortalizas. La "Quinta de los Ingleses", como la nombraron los porteños, pasó a manos de Charles Ridley Horne. Quien le hizo sustanciales cambios. Creando jardines atiborrados de rosales, camelias y árboles exóticos. Fue esta pasión que lo acercaron al Gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, una amistad que lo obligó a exiliarse con el derrocamiento de su amigo. Desde Montevideo le vende al salteño José Gregorio Lezama la propiedad quien compra los terrenos linderos a la calle Brasil y transforma el entorno en el más distinguido y bello de la metrópoli.
Lezama contrató a un paisajista para que le diseñara el nuevo parque. Así quedaron trazados los senderos, muchos de los cuales hoy vemos. Además, ubicó esculturas, monumentos, copones y bancos de mármol. El propio Lezama, amigo del caudillo entrerriano Justo José de Urquiza, intercambio plantas que este tenía en su Palacio San José. Plantó eucaliptos, olmos, lapachos, jacarandás, palos borrachos, camelias, arrayanes y diversas especies exóticas traídas de todas partes del mundo.
Lezama remodeló el antiguó caserón, incorporándole un estilo italiano y con galería exterior. Además, mandó construir una torre mirados desde donde no solo se podía contemplar el parque sino también el río, las quintas aledañas y la centro de la Ciudad.
Con la muerte de Lezama su esposa, Ángela de Álzaga vendió la quinta a la Ciudad con la condición de que fuera destinada a un espacio público y que llevara el nombre de su último propietario, y así en 1894, nace el Parque Lezama. Años más tarde la casa se convierte en la sede del Museo Histórico Nacional. Rápidamente la zona se transformó en paseo de la elite de la época. Un espacio ideal para caminar y recrearse, en especial durante las noches de verano.
A comienzos del siglo pasado se construye un gran anfiteatro, sobre Brasil, donde tocaban orquestas de música. Tenía catorce graderías, distribuidas a lo largo del espacio, que permitían el acceso al mismo. De esta manera, 6000 personas podían participar de los encuentros artísticos. A ambos lados del kiosco destinado a los ejecutantes, se formaron jardines con decoraciones y artísticos jarrones en su centro, completando al conjunto.
En el plano escultórico el Parque Lezama posee tres obras relacionadas con los orígenes de tres ciudades del mundo. Una la de Palas Atenea, rememorando el surgimiento de Atenas. La de la Loba Romana, amantando a Rómulo y Remo, con el nacimiento de Roma y por supuesto la escultura fuente dedicada a Pedro de Mendoza.
Este Monumento se sitúa en la esquina de Avenida Brasil con Defensa, pertenece al escultor uruguayo Juan Carlos Oliva Navarro. La obra se inauguró durante la presidencia de Agustín P. Justo. El grupo escultórico posee la estatua en bronce del conquistador hundiendo su espada en el suelo como emblema de la toma de posesión de las tierras. Su imagen contrasta con un majestuoso bajorrelieve, sobre un bloque de mármol travertino, con la imagen de una nativa. Los lados del rectángulo poseen escenas alegóricas denominadas "El sueño de la Sierra del Plata" y "La Fundación". En la cara posterior del monumento, otro bajorrelieve ilustra a la "Magdalena", la nave capitana de la expedición, junto a los nombres de sus 27 integrantes. En la parte baja del monumento hay una fuente con dos vertederos que simbolizan el río Guadalquivir, de donde partió la expedición y el Río de la Plata.
La Loba Romana o “Loba Capitolina” es uno de los monumentos más antiguos ya que fue un regalo de la ciudad de Roma con motivo de los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo. La escultura posee una réplica en el Jardín Botánico Carlos Thays.
En 1936 se colocó, sobre la avenida Martín Garcia el Monumento a la Cordialidad Internacional. Un regalo del Municipio de Montevideo cuando la ciudad cumplió 400 años. El monumental trabajo pertenece a escultor Antonio Pena y al arquitecto Julio Villamajó. Está erigido en bronce (a partir del desguace de un viejo crucero y del fundido de monedas de 10 centavos donadas por escuelas de Montevideo) y tiene motivos alusivos a la conquista, la flora y la fauna de las tierras del Plata. Una enorme columna de 15 metros de altura y cuatro de diámetro describe la ubicación de las constelaciones el día de la primera fundación de Buenos Aires, así como conquistadores, nativos y los ríos Paraná y Uruguay. Sobre la proa, que emerge, aparece una figura femenina que representa a “La Ofrenda” y posee el escudo de Montevideo.
- Bajando la pendiente hacia la Avenida Paseo Colón, se observa una fuente con estatuas de bronce de Neptuno y las Náyades, comprada a la casa francesa Du Val D'Osne.
- En la traza de la ciudad efectuada por Juan de Garay, estas tierras estaban reservadas para el Rey de España.
- Sobre Defensa hay una calesita que funciona desde 1960.
- La denominación "Quinta de los Ingleses" surgió debido a que McKinley acostumbraba a izar en el sitio, la bandera del Reino Unido.
- Sobre la barranca hay un templete grecorromano, en una época funcionaban baños públicos. Tiene una imagen de la "Diana Fugitiva”, que estaba en la fuente del anfiteatro.
- El acceso al anfiteatro tiene estatuas que evocan a "El Invierno", "La Vid", "La Primavera" y "Palas Atenea".
Fecha de Publicación: 23/05/2021
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