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Del Molino muestra su restaurada fachada

La confitería del Molino es uno de los tantos edificios históricos que tiene la Ciudad, ahora muestra su belleza.

Este icono porteño estuvo desde 2014 tapiado y cubierto de un telon, como aquel que oculta su fealdad a la gente. Desde hace un tiempo el Gobierno Nacional, trabajó en la fachada, cubierta y cúpula, conservando su imagen y espíritu original, con el fin de destacar su valor patrimonial para que los turistas, vecinos y vecinas puedan volver a disfrutarlo

Ubicada en las avenidas Rivadavia y Callao, a pocos pasos del Congreso de la Nación, la Confitería del Molino comenzó su historia a fines de 1800, cuando los pasteleros Constantino Rossi y Cayetano Brenna abrieron, en un local alquilado en Rodríguez Peña y Rivadavia, la "Confitería del Centro". En 1866, cambiaron su nombre por el de "Antigua Confitería del Molino", como un homenaje al Lorea, el primer molino harinero a vapor en la ciudad.

Rossi y Brenna decidieron salir a buscar inmuebles por la zona y en 1904 compraron el terreno donde hoy se encuentra. Todo el mobiliario se importó de su país natal, como así también la lujosa cristalería, los mármoles, vitrales, manijas y terminaciones de bronce.

En conmemoración del Centenario de la Independencia Argentina,  se inauguró como "Confitería del Molino", transformándose en el ícono del Art Nouveau en Buenos Aires. Durante los días del golpe de Estado que derrocó a Hipólito Yrigoyen, en 1930, el lugar sufrió un incendio y cerró sus puertas. Fueron tan graves los daños que la reconstrucción demandó más de un año de trabajo.

 Por su cercanía con el Congreso Nacional se sentaron en sus salones una gran cantidad de figuras de la política. También lo hicieron artistas célebres de la historia de nuestro país, como Niní Marshall y Libertad Lamarque. También autores de la talla de Oliverio Girondo y Roberto Arlt, quienes además escribieron sobre este tradicional lugar de Buenos Aires. Carlos Gardel dejó su sello en el Leguisamo, postre que pidió al pastelero Brenna para homenajear a su amigo, el jockey Irineo Leguisamo. Una sabrosa combinación de bizcochuelo, hojaldre, merengue, marrón glacé y crema imperial con almendras. 

Poco antes del cierre de la confitería, que ocurrió en febrero de 1997, la cantante Madonna, de visita por el país para filmar Evita, grabó un videoclip en sus instalaciones. En ese año, y temiendo su demolición, el gobierno nacional lo protegió declarándolo Monumento Histórico Nacional

Reconstrucción

En el año 2014, se transfirió el tradicional edificio porteño al Congreso de la Nación. La Comisión Administradora del Edificio del Molino, creada por ley, comenzó una serie de tareas de recuperación de este ícono porteño. En la actualidad un equipo multidisciplinario de especialistas del Congreso Nacional sigue trabajando para recuperar todo el patrimonio material e inmaterial del lugar para devolverle todo su esplendor. 

Curiosidades de la Confitería del Molino

El famoso postre “Imperial Ruso” reconocido en el mundo como un postre argentino, lo creo  Brenna como una forma de homenajear a la revolución bolchevique de principios del siglo pasado.

El tango “Gricel", lo compone José María Contursi para reflejar su singular historia de amor con Susana Gricel Viganó con la que se reencuentra en la Confitería del Molino luego de 22 años.

La confitería fue conocida como la "Tercera Cámara" porque era el espacio de encuentro por excelencia entre senadores y diputados nacionales. Cuatro años más tarde se fueron a vivir a Córdoba. El tango se graba con la Orquesta de Aníbal Troilo y la voz de Francisco Fiorentino y de ahí en más se convirtió en un clásico mundial.

Lisandro de la Torre, tomaba todos los días un café en del Molino. 

Alfredo Palacios disfrutaba a diario de su cognac y del ritual del café, mientras dejaba su sobretodo en custodia para no entrar tan abrigado al Congreso. Pasar a buscarlo, al salir, era la excusa para enredarse en otra mesa de conversaciones políticas.

 

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