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¿Las mejores aguas termales están en el Chaco?

Así lo dijeron médicos y científicos de la Sociedad Argentina de Estudios Termales (SADET), en el XIII Congreso Nacional de Termalismo. Las visitamos para comprobarlo.

La Termal” como nombran los locales a Saenz Peña, en la provincia del Chaco, aferra con la cultura del bienestar y del relax y con sus aguas termales, que estimulan al visitante a renovar la mente y el espíritu. Sauna, baños turcos, masajes, tratamientos estéticos y cosmetológicos, consuman la oferta de atractivos termales. Sáenz Peña cautiva también por su gran variedad de oferta gastronómica, hotelera y de servicios. Además, es conocida por la influencia de colectividades extranjeras, desde su llegada a la provincia del Chaco. A lo largo del año, las diferentes poblaciones realizan eventos, rememorando las costumbres de sus antepasados. 

El complejo posee todas las comodidades para hacer la estancia lo más placentera posible. Una piscina cubierta, con cascada, permite un baño reparador. El lugar ofrece, además, una amplia gama de servicios que van desde reiki con cuencos tibetanos hasta reflexología podal pasando por baños turcos y 26 habitaciones para inmersiones termales. Pero sin ningún lugar a dudas la gran estrella del spa es el flotario, una cápsula con 300 kilos de sales, ideal para problemas de artrosis, artritis, asma, depresión e hipertensión. 

Las aguas de Sáenz Peña se recomiendan como sedantes de afecciones musculares, articulares y del sistema nervioso. Además, aumentan la tonicidad y fuerza muscular como así también estimulan los procesos biológicos. 

 

Saenz Peña es más que termas  

Esta localidad, que se encuentra a 173 kilómetros al noroeste de la capital de la provincia, Resistencia, tiene muchos atractivos para disfrutar como complemento de una estadía termal.    

 

Parque Zoológico

Toda la diversidad de la flora y fauna del monte chaqueño están protegidas en este espacio de recreación y aprendizaje, para vivir en pleno el contacto de la naturaleza. En sus 150 hectáreas alberga a más de 2000 ejemplares pertenecientes a 219 especies rescatadas del tráfico ilegal. Todas son autóctonas del Parque Chaqueño, muchas de las cuales viven en semicautividad.  

Para los amantes de la flora regional, el complejo posee una senda donde se observan árboles, arbustos autóctonos sumado a los pájaros, reptiles y pequeños mamíferos que circulan en total libertad. 

Además, es un lugar para pasar el día ya que dispone de 25 hectáreas equipadas con mesas, parrillas, piletas, sanitarios, agua potable, energía eléctrica, juegos infantiles, hasta pesca recreativa en una laguna artificial. 

Desde la Terminal de ómnibus ó del centro de la ciudad la línea 2 de transporte urbano dejan al visitante en la puerta. 

 

Museo histórico

En el mismo centro de la urbe este espacio hace referencia a la historia de los primeros colonos que llegaron al lugar. Fue creado para reunir en un mismo sitio las huellas del pasado de la ciudad. Se exhiben objetos antiguos, fósiles, armas, documentos. Entre sus piezas valiosas se destacan un caparazón de Gliptodonte y una serie de meteoritos. 

 

La misteriosa Casa Cruz

Esta casa perteneció a la familia Ivanoff. Se encuentra envuelta en un misticismo popular. El personaje central de esta historia, hijo de madre judía y padre búlgaro, de nombre Naiden Ivanoff, llega al Chaco proveniente de una aldea Kurushovita. Fue pastor de la iglesia ortodoxa y maestro de escuela en Bulgaria. Era dueño de un capital importante producto de la venta de monedas de oro que le había regalado su abuelo. 

Naiden decide construir una vivienda para su familia con las “indicaciones recibidas a través de la luz Divina” que tenía como punto de aterrizaje precisamente el centro de la vivienda. Cuenta la leyenda que por las noches se oyen ruidos de un sulky por el camino y el chillido de la tranquera abriéndose. Los vecinos aseguran que es el espíritu de Don Naiden.