Recorrer nuestro país como viajeros nos pone frente a sorpresas insospechadas. La provincia de Catamarca es una de ellas, sus bellezas naturales, pueblos, cultura, gastronomía y tradiciones. Es una provincia que se debe visitar al menos una vez en la vida, aunque seguramente una vez que se la visite siempre habrá deseos por indagarla un poco más. En esta nota nos sumergiremos en el fervor religioso de su pueblo y puntualmente en su patrona, Nuestra Señora del Valle. La “Virgen Morenita” como decidió llamarla Jorge Cafrune en una zamba, celebró hace muy poco los 400 años de su hallazgo.
¿Empezamos el viaje?
La ciudad de San Fernando del Valle tiene un hermoso circuito para recorrer el camino de la Virgen del Valle. Este comienza en la gruta donde fue encontrada la imagen. Se accede hasta allí desde el centro por la Avenida Camino de la Virgen, en un trayecto de 15 minutos en auto. También es posible tomar un tour con guías locales o abordar un colectivo de línea.
La gruta de Choya, en alusión al pueblo cercano, está enclavada en el faldeo del Ambato, cadena montañosa ubicada al oeste de la capital de la provincia. Posee un templete, construido en 1941, que la cubre en su totalidad, así como un sencillo altar de piedra y una pequeña sacristía. Los promesantes dejan sobre la montaña sus ofrendas, de donde se desprenden historias que emocionan.
Por la misma avenida se regresa y en la segunda rotonda, en Avenida México, se gira a la izquierda camino a San Isidro, departamento de Valle Viejo. Esa es la segunda parada del recorrido. Se trata de la Ermita, una construcción que, originariamente, era de adobe y paja. Como el paso del tiempo la fue deteriorando, lo que vemos hoy es una réplica realizada en 1926. Allí podemos apreciar, también, la estatua de Manuel de Salazar, que fue el hacendado español que recogió la imagen de la gruta y construyó ese pequeño refugio para la virgen.
La tradición
En ese lugar los viajeros se interiorizarán sobre el milagro ocurrido con Salazar. Cuenta la leyenda que frente a un incendio en el depósito de algodón que tenían en la finca, Salazar imploró por un favor a la virgen y éste fue complacido. El fuego paró y prácticamente no registró pérdidas materiales. Desde ese lugar se regresa por el único camino con asfalto de la ciudad hasta desembocar en la Avenida Presidente Castillo, que lleva directo a la Catedral Basílica, uno de los templos del estilo neorrenacentista italiano más bello de todo nuestro país. Declarado Patrimonio Nacional en 1941, es la actual morada de la patrona de Catamarca, que yace en un camarín construido en 1916.
En conformidad con la antigua costumbre española la imagen fue vestida desde el principio y así ha quedado siempre. El atuendo consta de túnica blanca y largo velo azul que no dejan visible más que el óvalo del rostro y las manos que sobresalen de una hendidura.
El templo de la Fe
La Catedral, ubicada frente a la plaza 25 de Mayo, no sólo impresiona por su robustez exterior, sino que deja al visitante sin palabras cuando se ingresa en ella. Sus techos están cubiertos por pinturas a la tela que muestran todo el recorrido de la virgen desde su hallazgo hasta su llegada a la ciudad capital. También emocionan las capillas de sus naves laterales, los hermosos vitrales por donde ingresa el sol tiñendo las paredes del recinto y la cúpula del crucero a 20 m. de altura con una magnífica representación de la Asunción de María a los cielos.
Completan el recorrido el campanario, que está abierto al público y asegura unas vistas panorámicas de la plaza principal, la ciudad y los cerros que rodean a la capital catamarqueña. Como atractivos adicionales se destaca el Museo de la Virgen, un verdadero centro de interpretación de la fe mariana de la provincia. A escasas 5 cuadras, por la calle República, está la plaza de la Coronación, en el paseo General Navarro. Allí, hace 127 años, por decreto del Papa León XIII, fue coronada la imagen. Vemos una réplica exacta de hierro forjado con la que se coronó a Nuestra Señora del Valle, como Limpia y Pura Concepción del Valle. Fue colocada allí en 1991.
Periodista desde 1988, especializado en turismo. Escribe para medios gráficos y digitales de nuestro país y el extranjero. Fundador de LOS CABRERA Comunicación.