Estamos hablando de Ruca Choroy, el primer centro de salud intercultural del país y el segundo de Latinoamérica, después de Chile. Fue la comunidad mapuche la que prefirió llamarlo centro de salud y no hospital. Para los pueblos originarios, la idea de hospital se relaciona con la enfermedad y la muerte. Pero este no es el único puente cultural que hay que salvar para lograr conciliar dos concepciones culturales tan diferentes. Ruca Choroy es solo el comienzo de un largo camino de la biomedicina occidental y la medicina mapuche. Un camino que es producto de 15 años de experiencias, de encuentros y desencuentros con los pueblos originarios de Neuquén.
Con el poder del sol y la luna
Tiene forma de medialuna y apunta hacia el este, a la salida del sol. Así es el edificio del Centro de Salud de Ruca Choroy, debido a que la luna es parte fundamental en la cultura mapuche. Se tiene en cuenta a la hora de los sembrados, para la recolección de la medicina (lawen) y para saber cuándo empezar a tomarla y cuándo dejar. La orientación de las habitaciones también fue pensada de un modo particular, con ventanales que permiten la luz natural y vista al campo. También habrá un espacio para hacer fogones, para los curadores mapuches, los componedores de huesos, los yerbateros. Además, contará con un espacio ceremonial para el machi, que es la máxima figura de la ceremonia curativa mapuche. Otro detalle particular que tendrá el Ruca Choroy es que sus camas no estarán orientadas hacia el oeste. Según la cosmovisión mapuche, tras la Cordillera de los Andes es a donde van los muertos. Por eso, para ellos es primordial que las camas se situen mirando al este.
¿Quién cura el empacho?
Lorenzo Loncón, de la Confederación Mapuche de Neuquén, explicó que la concepción de la medicina tradicional es "separar todo". Al hombre de la naturaleza, al cuerpo del alma. La visión mapuche, por otro lado, busca la unidad del cuerpo, la mente y el espíritu. Según Fabián Gancedo, médico integrante de la comisión de trabajo con los mapuches, lo novedoso del proyecto es la posibilidad de elegir. “El paciente va a tener la posibilidad de elegir la biomedicina tradicional o la mapuche o ambas”. Otra de las novedades del Ruca Choroy será la interconsulta para cuadros no especificados en la medicina tradicional. Cuando un niño esté “ojeado” o tenga un fuerte dolor de panza –o sea, un clásico empacho–, el pediatra sabrá qué hacer. Derivará al paciente a Doña María, la médica mapuche de Ruca Choroy.
Fuente: Libertad y Pensamiento
Madrynense y argentina. Lic. en RRPP (UP), especializada en Comunicación e Identidad Corporativa (UNIR) y docente universitaria. Apasionada por la comunicación en todas sus expresiones, porque como dice Paul Watzlawick “Todo Comunica”… las palabras, las reacciones y nuestro cuerpo. Mi desafío profesional es cuidar de “ese todo”, aportando mis conocimientos y gestionando las herramientas necesarias para que las comunicaciones fluyan como las olas del mar.