Debemos localizarnos en Villa Hipódromo, uno de los distritos del departamento de Godoy Cruz (Mendoza). Está ubicado hacia el oeste, y su nombre se debe a que allí se emplaza el hipódromo de Mendoza. Pero, además del espacio para caballos, hay otros lugares míticos entres sus calles. El cine Sportman fue inaugurado en 1920, mientras que, en 1938, la familia Zamora hizo lo propio, abriendo el mítico café – bar con el mismo nombre, Sportman. Está sobre calle Pellegrini, administrado por Jorgelina Zamora, nieta del fundador, don Alberto.
La zona supo ser el punto de encuentro, dispersión y entretenimiento de cientos de mendocinos cada día. En apenas dos cuadras, con la famosa calle Paso de Los Andes como columna vertebral, se reunían el cine y el bar Sportman, sobre calle Pellegrini. En realidad, era todo un polo gastronómico y de entretenimientos, porque a estos dos lugares, en la zona se sumaban el hipódromo y el bar Cabezas, por lo que la gente solía desfilar de un lugar hacia el otro. Hoy, el cine y el bar son parte de un supermercado y su estacionamiento.
Una historia familiar
Jorgelina Zamora lleva a cabo la tercera generación del negocio familiar, rompiendo con ese viejo refrán que dice que esa es la generación que destruye la empresa. El bar está de pie pese a crisis, terremotos y pandemia. Originalmente, el lugar tenía dos salones de baldosas negras y blancas, estilo ajedrez. En uno estaban las mesas, sillas y la barra. Era el espacio para charlar, tomar un café y algunos tragos, y ponerse un poco alegre. En cambio, el segundo se prestaba para el entretenimiento y las actividades lúdicas. Gritos, festejos y lamentos retumbaban en sus paredes. También se escuchaba el golpe de las bolas, la caída del proyectil y la música. Esto quiere decir, el billar, el sapo y la rocola, típicos elementos de la época. También había una victrola, que en el terremoto de 1985 sufrió la rotura del cono de la bocina.
Un legado familiar
Con el correr de los años, don Alberto se enfermó y ya no pudo sostener el negocio. Fue el momento de hacerse cargo para sus hijos. Entre los tres, Jorge fue quien se hizo cargo. Es que sus hermanos y estaban bien ubicados laboralmente. Cholo tenía una quiniela y Coco también estaba en cosas personales. De todas maneras, Jorge tampoco lo tomó con demasiado gusto. En realidad, a ninguno de los hermanos le llamaba demasiado el negocio, de hecho, Jorge estudiaba odontología. Pero fue quien, finalmente, decidió hacerse cargo.
Jorgelina recuerda los momentos en los que acompañaba a su padre, en los primeros tiempos en los que lo trabajó. Mecánicos, carpinteros y trabajadores de la zona eran los comensales habituales. En épocas de mundiales de fútbol, el lugar se llenaba, gracias al televisor que Jorge ponía en el gran salón.
Clientes famosos
Las mesas y los pasillos del café Sportman fueron utilizadas y visitados por grandes celebridades. El “Gato” Daniel Oldrá, histórico jugador de fútbol mendocino y entrenador de Godoy Cruz era uno de ellos. Víctor “Golondrina” Ruiz y Víctor Legrotaglie son otras de las personas que se tomaban un cortado de media hora. El guitarrista de Los Enanitos Verdes, Felipe Staiti, y el actor Adrián Sorrentino completan la nómina. Como podemos ver, la cultura y el deporte protagonizaban y protagonizan las charlas y las mesas del café Sportman.
Argentino, mendocino. Licenciado en Comunicación Social y Locutor. Emisor de mensajes, en cualquiera de sus formas. Poseedor de uno de los grandes privilegios de la vida: trabajar de lo que me apasiona. Lo que me gusta del mensaje escrito es el arte de la imaginación que genera en el lector. Te invito a mis aventuras.