En la primera década del Siglo XX, se ubicaron mingitorios en la Avenida de Mayo y en algunas esquinas del micro centro, que resolvían al paso, el apuro de los porteños. Han quedado registrados en viejos posters cedidos por laboratorios farmacéuticos, que ubicamos, en el consultorio del Hospital donde trabajábamos. La imagen registrada era excelente, mostrando actitudes diferentes para cada uno de los tres varones, en ese documento fotográfico tomado desde atrás. Estos mingitorios se detectaban a la distancia por el insoportable olor amoniacal que desprendían. A las casas para bañarse asistían personas carenciadas, trabajadores que concurrían cuando finalizaban sus tareas, los que vivían en pensiones y no tenían acceso a los baños, e incluso turistas, que deseaban conocer un lugar típico de la ciudad. Las casas de baños disponían de agua caliente, jabón y toalla. Mucha fue la gente que se duchaba fuera de su casa. Muchos lo hacían la tarde de los sábados, en las casas de baño de la Municipalidad, ubicadas en Caseros 75 o Avenida Sáenz 3460. Los baños públicos tenían lavaderos anexos, totalmente gratuitos y con un servicio de empleados en locales perfectamente aseados. Largas colas de usuarios esperaban pacientemente en las tardes sabatinas. El 8 de mayo de 1923, la Intendencia dictó la Ordenanza para instalar los primeros baños públicos. La Municipalidad los instaló en las plazas y parques importantes. Eran subterráneos. Con una entrada semejante a las entradas de las estaciones de subterráneos. Un ejemplo concreto fue el construido en la Plaza Lorea: 6 inodoros, y 4 lavatorios para mujeres y 6 mingitorios, 6 inodoros y 4 lavatorios para los hombres. Se accedía por una escalera para el sector masculino y otra para el femenino. Conocí uno ubicado en la plaza Irlanda, frente al Policlínico Bancario. El último baño público fue clausurado en el año 1999. Esos sí que eran buenos tiempos, al menos se disponía de baños públicos en ese Buenos Aires de ayer.
Soy Odontólogo, Médico Oncólogo y Periodista Médico. Fui Presidente del Primer Congreso Internacional de Periodismo Médico. Actualmente integro la CD de SAPEM (Sociedad Argentina de Periodismo Médico) con sede en la Asociación Médica Argentina. Enamorado de la ciudad de Buenos Aires, registré en el Blog "El Buenos Aires que se fue", personajes, viñetas y hechos ocurridos en la primera mitad del Siglo XX. Trabajé en Radio Nacional en la producción y conducción de los programas "Salud, Periodismo en Acción" y "De todo un poco y de aquello, también". En 97.9 Cultura: "Salud, Periodismo en Acción", "Música, Recuerdos y Algo Más" y "Tango y Cultura Porteña". Este último nominado al premio "Faro de Oro", como mejor programa cultural.