¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónCuando pienso en el Mercado del Abasto, no puedo evitarlo, veo un shopping. Un “Centro Comercial” (seamos agradecidos con la generosidad del idioma castellano), que mantiene la fachada original (o, bueno, en alguna medida mantiene la fachada original), pero que por adentro es tan un “no lugar” como cualquier otro shopping ya no de Argentina sino, me animo a decir sin haberlos visto a todos, del planeta. Y ahí hay un espacio para meter la cuña y reflexionar un segundo acerca de nosotros, los argentinos, y lo que hacemos con nuestro patrimonio. Y no sólo me refiero al arquitectónico.
El Mercado del Abasto, como muchos sabrán, era justamente eso: una especie de Mercado Central en el medio de la Capital Federal. Funcionó hasta 1984 (hasta el momento de investigar para esta nota pensaba que había cerrado hacía mucho más tiempo) y desde el cierre hasta su “recuperación” fue un receptáculo de roedores y malandras. Ahora bien: ¿a nadie, nunca, se le ocurrió protegerlo y reservarlo como patrimonio de la ciudad? ¿No había nada mejor para hacer que vendérselo a una empresa privada para que instale sus espantosos locales de porquerías? Qué lindo que es Almagro. Tan lindo que ni la modernidad ni la desidia lo pueden arruinar.
Fecha de Publicación: 19/04/2018
¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónNo hay comentarios
Comentarios
Conocé cómo llegó esta chef oriunda de San Lorenzo a cocinarle nada menos que a Richard Gere.
Cada pequeña acción en torno al carnaval tiene su explicación e historia. En esta nota te contamos l...
Años después de desempeñarse como diplomático en Costa Rica, Oscar López Salaberry es un auténtico e...
Te contamos la historia de un ícono de la sociedad entrerriana. Una mujer que revolucionó a la socie...
Suscribite a nuestro newsletter y recibí las últimas novedades