Cuando el verano duró tres años

La vida antes de Netflix era muy diferente. Uno no era dueño de sus tiempos, la programación televisiva era la que ordenaba nuestras rutinas en cada momento del día: el dibujito de la mañana, el programa de entretenimientos de la tarde o la novela de la noche. Hace exactamente 20 años, los horarios de la cena de los adolescentes argentinos se acomodaban al de la revolución del momento: Verano del 98.

Río, verano, chicos que se trepaban por las ventanas de sus amigos, historias de amor: todos queríamos vivir en Costa Esperanza. Cris Morena, como siempre, esta vez también tuvo la clave del éxito. El magnetismo del programa fue tal que, a pesar de haber estado pensado como una novela de relleno para cubrir la programación estival, se extendió por tres temporadas, y el verano eterno finalizó recién en noviembre de 2000.

El magnetismo del programa fue tal –decíamos– que hace poco Telefe anunció un especial por las dos décadas de la tira, y una multitud de treintañeros está esperando ansiosa que se confirme la fecha, aunque pocos de ellos estarían dispuestos a admitirlo. Sucede que –a pesar de que los años nos enseñaron que lo de “nada nos puede pasar” no era tan cierto– siempre es lindo volver atrás por un ratito y lalalalala lalalalala.