Alguna vez hubo salas de cine en la calle Lavalle

Mendoza tuvo siempre una profunda cultura cinematográfica. Con Film Andes a la cabeza, como productora referente en el interior del país en los años 50. Pero, además, el público mendocino también fue siempre altamente demandante en cuanto al séptimo arte. Por eso, las salas de cine que se instalaron en la segunda mitad del siglo XX fueron un éxito. Ubicadas en las plazas departamentales, algunas. Pero otras, las más importantes, en calle Lavalle, en Ciudad. Calle que ha perdido todo tipo de glamour que alguna vez pudo tener.

Corría el año 1993, largas colas de gente se formaban en esta calle para ver la película Jurassic Park, solo por cinco pesos. Opción económica y que te permitía quedarte a la próxima función. Había varios cines en la cuadra como el Cóndor, el Emperador I y II, el Ópera, el Rex, que estaba a la vuelta por calle Buenos Aires.

Durante la película pasaba el vendedor de cigarros y pochoclo con una caja colgada en el cuello. Muchas veces, algunos promotores llegaban a la salida del colegio y te regalaban unos papelitos de fotocopia con una entrada gratis al cine o varias veces al circo. Sin embargo, el plan continuaba al salir del cine. La parada obligada era comer pizzas en Capri o Trento, dos monumentos a la pizza que hoy siguen en vigencia.

El condimento particular para la época, y para los más adolescentes, era una rara puerta en esa misma cuadra. Ahí estaba Porkys, el cine porno XXX de la provincia. En la actualidad, es el único cine vigente en la calle Lavalle.

El plan

La opción de salida sin los padres era distinta, te juntabas más temprano con tus amigos y primero te gastabas una plata en muchas fichas en el “Playland” que estaba en la calle Gutiérrez frente al Banco Nación. El plan era pasar horas enteras jugando a los clásicos de la época.

El cine Emperador de calle Lavalle fue por largos años el Cine Universidad, hasta que se convirtió en un local de ropa. De un día para el otro abrió un local de comida libre legendario: Las Tinajas, una opción de tenedor libre que apenas subsiste.

Y, así, la calle Lavalle se convirtió en lo que es hoy. Pocas o nulas ofertas de las entretenidas, de las que hemos descripto aquí. Apenas locales de comida, edificios poco mantenidos y suciedad.