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Un convento y guita. Esta peli ya la vi...

¿Qué había en el convento que tuvieron que buscarlo tanto?

Hace unos días, en La Plata asaltaron un convento en el que viven dos curas, seis hermanos religiosos y dos monjas. Estaban terminando de cenar, no les dieron bola a los perros que ladraban, en una zona de quintas sin iluminación, y terminaron con cuatro tipos encapuchados adentro.

El hecho ocurrió en el convento “Padres Vocacionistas” de la localidad platense de Los Hornos. El domingo alrededor de las 19.30 los religiosos estaban de sobremesa cuando entró un encapuchado al comedor y les dijo que se quedaran quietos que no les iba a pasar nada. Accedieron al interior del convento tras cortar parte de un alambrado perimetral. Estaban todos muy preparados, vestian de negro, llevaban una escopeta y un revolver para reducir a sus víctimas y completaban con guantes de trabajo, no sea cosa que dejaran alguna huella. Ataron a todos los religiosos de pies y manos con improvisadas sogas hechas con retazos de sábanas que encontraron en el lugar. Mientras tanto registraban todo el predio con una de las hermanas, a la que no ataron porque decidieron usarla de guia. Les decían que si cooperaban no les iba a pasar nada: no mintieron, ningún religioso resultó herido. 

El resultado del botín fueron ocho mil pesos, computadoras, y los celulares de los seminaristas. Hasta acá, hoy en día, parece no noticia. Algo de todos los días, después de todo nos acostumbramos a que en las zonas poco pobladas donde la policía no pasa nunca se escuche que hay asaltos por doquier, incluso que hay gente a la que entran a robarle en repetidas ocasiones. Lo único raro es que roben en un convento, hasta en El Padrino respetaban a la Iglesia.

Los malvivientes le dijeron a los religiosos que robaban por que tenían hambre, pero se comportaron de manera extremadamente calma, estuvieron más de dos horas y no lastimaron a nadie. "Eran profesionales" dijo el padre superior a cargo del lugar, Emiliano Pieran, que fue quien declaró a la prensa. Sospechan que era la misma banda que había entrado un mes antes a robarles, porque uno de los delincuentes llevaba una mochila igual a la que le robaron a un seminarista. Aquella vez se habían llevado 70 mil pesos, que estaban destinados a las reformas de la Parroquia San Juan de la Cruz, y 20 mil pesos más que correspondían al dinero para mantener el convento. Además, claro, se llevaron pertenencias de los curas como la mochila que los delataba.   

El padre Pieran contó que las primeras veces no habían encontrado dinero y se llevaron vacas, caballos, gallinas, herramientas de un galpón y hasta un tractor. Esa vez asaltaron a unos vecinos frente al convento y, según el testimonio del padre, les mataron los perros. 

Hasta acá,no hay nada raro. Un robo deplorable, claro que sí, pero nada que no suceda a diario en este país. Sigue la no noticia, Bob...

Es verdad. Pero no se te ocurre preguntarte ¿por qué afanar a ocho curas? ¿qué había en el convento que tuvieron que buscarlo tanto? El padre Pieran dijo que se llevaron dinero y celulares; que es la cuarta vez que les roban. Si eran profesionales, y es la cuarta vez que entran a robarles, estuvieron dos horas y se llevaron celulares, no me cierra por ningún lado. ¡Ojo,para mí, eh!

 A lo mejor les había llegado el dato del robo que se produjo en febrero en otro convento de la zona, donde se escaparon con un cáliz (si no era Caliz sagrado de Indiana Jones no entiendo para que lo querían) y un juego de perlas de Filipinas. Es eso o que estamos ante una nueva "Gran Convento López" y los chorros se equivocaron de locación.

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