¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónEntre tanta pandemia, pareciera que la búsqueda espiritual y la necesidad de respuestas nos invaden. Por eso, surgen sectas y agrupaciones que se dedican a captar, como cazadores, a las personas que se encuentran en estado de vulnerabilidad emocional. Esta es la historia de un grupo de sanadores egipcios que cayó en Córdoba y operó en todo el país y el mundo.
El líder de esta banda es Álvaro Juan Aparicio Díaz, un hombre de 63 años, uruguayo, que se hacía llamar “Licenciado Sahú Ari Mere”. Él era el organizador del grupo dedicado a cometer estafas basadas en una "terapia egipcia de sanación", denominada Seshen. Se hacía pasar por psicológo y “maestro cabalístico judío”, profesando una nueva religión con conocimientos míticos y místicos. El hombre cotizaba sus honorarios en dólares y ofrecía viajes a las Pirámides de Egipcio.
En sus datos de la Afip, figura que estaba radicado hacía al menos 10 años en Argentina. Y que, desde hace años, reside en el paraje Pozos Azules, un campo de 90 hectáreas cercano a Villa Cura Brochero. Allí levantó un “centro espiritual” que incluye pirámides, espacios para terapias diversas y salas de huéspedes. No obstante, durante años viajó con frecuencia a la ciudad de Córdoba para atender en su despacho o “consultorio”. Durante los últimos siete años, Díaz se desempeñó como líder de la secta.
La investigación recién comienza y es dirigida por la fiscal de Villa Cura Brochero, Analía Gallaratto. Pero ya se sabe que la agrupación operaba mayoritariamente en la ciudad de Córdoba Capital y en Huinca Renancó. Aunque sus clientes o pacientes llegaban desde diferentes puntos del país. Incluso los “mejores alumnos”, en algunos casos, podían convertirse en embajadores de la fundación en sus lugares de residencia.
Él y siete cómplices fueron arrestados acusados de asociación ilícita a gran escala. El gran jefe no contaba con tarjetas de crédito ni deudas recientes en ningún banco, tampoco tenía empleados a su nombre. Pero juntos, vendían tickets de ingreso a la sanación y la espiritualidad del Antiguo Egipto. La estafa consistía en ofrecer viajes costosos a las Pirámides que eran guiadas por Díaz. También dictaba clases online, que eran cobradas en dólares, bajo el speach de “Aprender a pensar”, “El Secreto de la Vida”.
Según testimonios, Carolina Canne, exesposa de Aparicio y también detenida hoy, gestionaba las difíciles entrevistas con el gurú. Se encargaba de recibir a los posibles pacientes y de averiguar todo lo que era de su interés. Se sospecha que, además de informarse sobre las dolencias físicas y espirituales, sabían sobre su poder adquisitivo, su entorno social y sus actividades y preferencias en general.
Un estafador con libros en Amazon
El hombre también se dedicaba a escribir, editó y publicó 14 libros. Algunos de ellos están a la venta en Amazon por 15 dólares. Este nuevo Dios, ofrecía también una terapia con la marca del grupo, de la que se encargaban sus agentes y seguidores. En La Calera, en 2018, una seguidora promocionaba por redes: “Aumenta tu percepción de la realidad pudiendo modificarla. Te valoriza, quita miedos y dudas”. También ofrecían viajes con “posgrados de medicina tradicional egipcia y psicología Seshen” para “maestros de su escuela” además de meditación en los cuerpos “visibles e invisibles”.
Algunos damnificados pagaron hasta 7.000 dólares para hacer los cursos que tenían como fin un viaje a Egipto. La mayoría de los damnificados son mujeres profesionales, de mediana edad y de alto poder adquisitivo.
“La consulta tenía en 2015 un costo de 500 pesos cuando cualquier psicólogo cobraba 250; la norma era que todo costaba el doble; luego se les obligaba a hacer cursos de distintos niveles, todos muy costosos, y a la vez se les motivaba a captar nuevos ‘alumnos’”, explica Tomás Aramayo, abogado querellante. “Se les infligía mucho temor a los pacientes, y se les convencía de que, cuanto más dinero invirtieran en la sanación, más efectiva sería esta”, agrega.
Una vez que se llegaba a un “cierto nivel” se podía viajar a la montaña. Por una “terapia de iluminación” de algunas horas, bajo el sol transerrano, podían pagarse en 2015 entre 10 mil y 15 mil pesos. En 2017, algunos pacientes pagaron 300 USD por una “terapia de vidas pasadas”, o entre mil y 1.500 USD por un “ejercicio de transmutación”. La fundación nunca otorgaba recibos ni facturas.
En el allanamiento de la fundación se secuestraron vehículos de alta gama y una gran cantidad de posibles elementos de prueba para la causa. Lo que llamó la atención fue además una gran cantidad de alimentos no perecederos acumulados en el lugar. Supuestamente, eran donaciones destinadas a sectores carenciados de Traslasierra. En el supuesto centro de sanación se encontraron fuertes sumas de dinero, armas y municiones.
Fecha de Publicación: 07/04/2021
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