Esta vez la policía se cargó la vida de un pibe de 15 años. Se llamaba Joaquín Paredes, estudiaba en la secundaria IPEA 306, el colegio de la localidad donde vivía. También trabajaba en la cosecha de papas en el establecimiento "La Parcela". Tenía miles de sueños. Se los robaron con una bala en la espalda.
Sus tres hermanos lo esperaban en su casa, en el pueblo norteño de Paso Viejo, departamento Cruz del Eje. Este pueblo se encuentra en el noroeste de la provincia y tiene alrededor de mil habitantes. Allí ocurrió el asesinato, en la madrugada del sábado 24 de octubre. Mientras el pueblo dormía, en la plaza del lugar se desarrollaba una balacera que hirió de muerte a Joaquín y dejó hospitalizados a dos jóvenes más. Hoy, los vecinos del lugar se movilizan exigiendo justicia. Hoy, sus padres lloran en las cámaras, pidiendo explicaciones: ¿Qué pasó? ¿Cómo fue? ¿Por qué a él? Estos son los interrogantes que nos surgen a todos, cada vez que se cargan a un pibe más.
Todo lo que falta cuando falta una vida
Joaquín se había juntado con sus amigos en la plaza del pueblo para festejar un cumpleaños cuando una patrulla policial se dirigió para dispersar la juntada de los chicos. Eran alrededor de 20 jovenes de entre 14 y 19 años. Los policías se acercaron, les pidieron que se dispersen y antes de irse comenzaron a disparar. Primero con las itacas y luego directamente con el arma reglamentaria, la 9 milímetros. No con balas de goma, no fueron tiros al aire y no hubo tiroteo. Balas de acero que se dispararon con la impunidad de toda una institución nefasta validada por los dirigentes de la provincia. Balas de acero que se cargaron 15 años de sueños, de vida, de juegos y de aventuras por vivir. A Joaquín le quedaban muchas cosas por experimentar: amores, desamores, amistades fugaces o eternas. Le quedaban proyectos y sueños que todavía ni siquiera había llegado a pensar. Todo, arrebatado por un golpe de autoritarismo enfermo e impunidad policial.
Testimonios
Una vecina del pueblo y testigo de los hechos, Gloria, afirmó a los medios1: "La policía pasó y le dijo a los chicos que se fueran, pero el móvil se va y cuando vuelve a pasar empezaron a tirar balas. Ellos comenzaron a gritar que le pegaron un tiro a uno de los chicos. Los chicos gritaban ’ayuda, ayuda’"; los tiros le dieron a otros dos menores más. En esa línea, agregó: "Los chicos no molestaban a nadie, no estaban robando ni haciendo daño. Sí estaban escuchando música y tomando alcohol". Joaquín cayó muerto y quedó tirado en la plaza. La ambulancia tardó más de dos horas en llegar. Los dos chicos que quedaron heridos se encuentran internados en el Hospital Regional de Cruz del Eje.
¿Quién cuenta la versión oficial?
La versión oficial siempre es la de los opresores, la de los policías cubriéndose la espalda entre ellos. Con el abal de los medios y otros poderes. La versión oficial habla de "confusos episodios" y "supuestos enfrentamientos", como cada vez que se cargan la vida de un inocente. Intentando responsabilizar a los chicos de haber generado incidentes. La policía se cubre la espalda, mientras a Joaquín nadie pudo defenderlo. La reacción inmediata del pueblo fue de bronca e indignación. Tiraron piedras a los patrulleros y se dirigieron a la comisaría del pueblo, donde se habían ido los asesinos. El recinto policial quedó destruido. La familia de Joaquín, también.
Ni un pibe menos
El nombre “Joaquín Paredes” se suma así al extenso listado de jóvenes asesinados por la policía de Córdoba. Que sigue actuando con impunidad, asesinando con su arma reglamentaria y sin límites. Solamente durante la pandemia, esta institución se cargó la vida de al menos 8 personas. El caso que tuvo más resonancia a nivel nacional fue el de Blas Correas, también asesinado por la espalda. Estas investigaciones sacaron a la luz algunos de los mecanismos de encubrimiento que tienen aceitados la policía provincial junto al Poder Judicial. Incluso se habló de un “protocolo” que no figura en ningún documento oficial, pero del que la policía hace uso para poder cubrirse sin dejar evidencia “cuando las cosas se complican y hay que gatillar”. Así de sucia está toda la institución policial cordobesa. Así, sigue disparando a mansalva, arrebatándonos a nuestros jóvenes.
Con qué debe cargar la espalda de un adolescente
La espalda de Joaquín estaba preparada para cargar con una mochila, para irse de viaje a donde él quisiera con amigos, de mochilero o como sea. La espalda de Joaquín estaba lista para cargar una bandera de su club favorito, y gritar goles en una hinchada. Estaba lista incluso para tener unas pequeñas insolaciones por haberse quedado dormido a la vera del río, mientras su familia preparaba sandwichitos. Su espalda estaba lista para recibir las palmadas de felicitaciones de sus amigos, los mimos de su primera novia, las cosquillitas del césped del patio, donde se podía tirar a mirar el cielo. Su espalda estaba hecha para muchas cosas y ninguna de ellas incluía una bala de plomo.
Argentina, nacida en Córdoba. Investigadora en el área de lingüística. En formación constante sobre las Letras y sobre la vida, gracias a la Universidad Nacional de Córdoba. Mis experiencias en viajes me llevaron a aprender cada vez más idiomas y querer conocer diversas culturas desde adentro. Pienso en la escritura como una herramienta para transformar el mundo y volverlo un espacio justo y equilibrado.