El hombre gato

A principios de 2019, un acontecimiento abominable y macabro sacudió la tranquilidad de la calle Julio Argentino Roca de Guaymallén. Una zona llena de viejas casonas, bodegas y viñedos. Es que un israelí de dos metros de altura había matado a su madre y a su tía, y las había enterrado en un viejo galpón de su vivienda, emplazada en esa calle. Hoy está en la cárcel, a la espera del juicio. Aunque la defensa trata de declararlo inimputable por su condición psíquica. Porque Nicolás Gil Pereg criaba gatos y parece haberse mimetizado ya que, con arañazos y maullidos hacia el personal penitenciario, se cree “El hombre gato”.

El crimen

El juicio por jurados, si es que se lleva a cabo y no se sobresee antes al imputado, determinará si Nicolás Gil Pereg es culpable o no. Aunque el sentido común indica que sí.

En enero de 2019, el ahora “Hombre gato” invitó a su madre y a su tía a pasar unos días en su casa, a modo de vacaciones. Ellas no eran de Mendoza y vieron con buenos ojos la invitación de un familiar. El hombre vivía solo en una vieja casa de la zona, en condiciones deplorables, con decenas de gatos dando vueltas por el hogar y escondiendo, sorprendentemente, miles de dólares en efectivo. Obviamente, todo esto se constató una vez que el hecho salió a la luz.

Pero volviendo a la historia, las mujeres llegaron al domicilio del Hombre Gato y nada más volvió a saberse de ellas. Fue el propio Gil Pereg quien denunció la desaparición de las personas. Pero la fiscalía a cargo del caso advirtió rápidamente las condiciones y la rutina de vida que tenía el también ingeniero electrónico. Todo resultó muy sospechoso, por lo que decidieron volcar las pesquisas a su domicilio.

Así, días más tarde, encontraron los cadáveres de ambas mujeres, enterrados un metro y medio. Con signos de violencia y caños de hierro clavados en los cuerpos. Así, Gil Pereg fue imputado por homicidio agravado por el vínculo. 

El hombre gato

En primer lugar, el israelí fue trasladado al penal de San Felipe. Allí pasó unos largos meses, amenazando con suicidarse. Sin embargo, al cabo de un tiempo, comenzó a manifestar un comportamiento extraño. Cuando era trasladado para las audiencias, por los pasillos de tribunales, miraba a las cámaras y maullaba, gritaba. Cuando los guardiacárceles le hablaban él respondía con arañazos al aire y maullidos.

Esta manera de actuar le significo el traslado al Hospital Psiquiátrico de El Sauce. Allí ha permanecido varios meses, a la espera del juicio.

Juicio por jurados

Es importante aclarar que el juicio tenía fecha para estos días. Sin embargo, ante su situación psiquiátrica, los jueces han decidido esperar para juzgarlo. Pero, por otro lado, es preciso recordar que, de llevarse a cabo, se hará con jurados. Esto es: con la participación de ciudadanos mendocinos comunes que se sentarán en la audiencia y deberán emitir una decisión unánime sobre la culpabilidad o inocencia del acusado.

Más allá del futuro de Nicolás Gil Pereg en cuanto a su situación procesal, el daño está hecho. Todo apunta a que el hombre es el responsable de matar cruentamente a su madre y a su tía. Con aristas que tiñen con más dudas la situación, como los 40 mil dólares que le fueron secuestrados mientras es juzgado. O como su condición de ingeniero electrónico, muy capaz en su labor, pero que vivía en condiciones infrahumanas. Descontando su situación de Hombre Gato que sacó a relucir en los últimos meses.

Definitivamente, es otro exponente de lo peor de nosotros.