Hace ya tiempo que Santa Fe se convirtió, junto a Buenos Aires, en el epicentro de los contagios de coronavirus. Ya se fueron esos números ejemplares de la capital provincial, cuando le agradecíamos a la Virgen por la cantidad de días sin infecciones detectadas. En este contexto, cada tanto aparecen noticias indignantes. Lamentablemente, muchas de ellas involucran a un grupo etario que tantas veces destacamos en Ser Argentino por la solidaridad. Hablamos de los jóvenes que, sistemáticamente, dan la nota violando los protocolos, cuando deciden hacer multitudinarias reuniones.
La indignación había sido pública cuando, hace ya un par de meses, se supo de una gran fiesta en una tranquila playa del paraje Chaco Chico, jurisdicción de Monte Vera. Ahora, en un mismo fin de semana, dos pequeñas localidades santafesinas fueron noticia por motivos poco felices. Se trató de dos encuentros clandestinos desactivados por la policía. Uno, en Armstrong; el otro, en Las Rosas.
En el primer caso, se habían mandado una multitudinaria fiesta en la prolongación de la ruta nacional N° 178. El dato, que quizás a los chicos les parecía simpático, es que el encuentro era en las inmediaciones del cementerio municipal. Allí al costado, hay una ruta vieja que ya no se utiliza. En el lugar se dio una gran convocatoria de jóvenes y no tan jóvenes. Por ello, la policía acudió al lugar, luego de que una llamada al 911 alertara sobre la presencia de un importante número de automóviles estacionados cerca de la necrópolis.
La policía solo fue a desactivar la fiesta, no hubo detenidos y no quisieron generar ningún tipo de riesgo mayor en la huida de esta gente. La verdad que podría haber ocurrido un desastre si jóvenes alcoholizados hubieran huido a toda velocidad durante la madrugada.
Un pueblo tranquilo y avergonzado
Como suele pasar en estos casos, en redes sociales se viralizaron imágenes de la multitudinaria convocatoria y de la intervención de las fuerzas de seguridad. Luego del hecho, autoridades de la localidad santafesina expresaron que el municipio planea reforzar los controles. También insistieron en apelar al compromiso ciudadano y la responsabilidad individual debido al pico de casos de coronavirus que azota a la región.
El otro encuentro ilegal sucedió en la localidad de Las Rosas. Si bien allí se trató de un grupo más reducido, la morbosidad de las imágenes que se viralizaron en redes marcaron la particularidad del caso. En este caso, algunos adolescentes no tuvieron mejor idea que reunirse en una fábrica y depósito de ataúdes. Esto también está sobre la ruta 178, donde ocurrió la otra fiesta. Presuntamente alcoholizadas, en las imágenes que circularon se ve a un grupo de mujeres que aprovecharon la oportunidad para fotografiarse y “jugar” con los féretros. Tras recibir la denuncia, la policía acudió al lugar para desactivar el encuentro clandestino. Tampoco hubo detenidos.
Los vecinos de la serena Las Rosas aseguran que esto es lo que se viene dando durante varios fines de semana. Al parecer, la policía no da abasto con este tipo de fiestas. Encima, en localidades así de pequeñas, los protagonistas son chicos a los que todos conocen. Seguramente estudian, trabajan y hoy en día deben estar arrepentidos. Este caso puntual se viralizó porque unificaron al hecho con el de Armstrong. Pero esto fue en Las Rosas y la policía labró una actuación por desobediencia al decreto presidencial. Lo cierto es que un pueblo tan piola se vio avergonzado por el alcance nacional de estas “avivadas juveniles”.
Ojalá la próxima historia de jóvenes santafesinos que te compartamos no sea como esta, sino de esas que te ponen orgulloso.
Argentino, nacido en la ciudad de Santa Fe. Licenciado en Comunicación Social, especializado y apasionado por la redacción. Amante de las canciones, los idiomas y la interculturalidad. Me gusta emocionarme con un lindo texto y dejarme sorprender como un niño. Juego a que soy escritor y músico.