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¿Por qué el invierno dura tres meses?

Según cuenta una hermosa leyenda tehuelche, la razón por la que el invierno dura tres meses involucra una acalorada discusión, entre una mara y un choique.

Esta me la contaba mi mamá, como un cuento. Es una de las tantas leyendas que los pueblos originarios tenían para explicar el mundo. En este caso, explica por qué el invierno dura tres meses.

Esta historia sucedió hace mucho, cuando el tiempo se dividía en lunas y los animales todavía hablaban. Es una historia que tiene lugar antes que existieran las estaciones: en esos días, nunca se sabía cómo iba a ser el clima. Una mañana hacía frío, a la tarde un calor tremendo, después granizaba. Y la vida se hacía muy complicada.

Elal, el heróe mitológico de los tehuelches, su creador y benefactor, decidió arreglar el problema. Por eso, invitó a todos los animales a una reunión con el objetivo de determinar la duración del invierno.

Y todos opinaron. Mamá guanaca pidió que hubiera tres lunas de sol y pasto para que sus chulenguitos tuvieran tiempo de crecer fuertes, y al caiquén le pareció una buena idea. Pero el zorro y el puma insistieron en el frío y la nieve. Porque en invierno su pelo se hace más firme y la nieve permite rastrear a las presas. Y el flamenco quería un año de todo verano, para no tener que viajar a lugares más cálidos. Como no se ponían de acuerdo, Elal decidió retirarse y les dijo que le avisaran cuando llegaran a una decisión. ¡Uy, y todos siguieron! La discusión duró horas.

La mara y el choique

La mara, que se dice que en esos tiempos ostentaba una cola larguísima y esponjosa, dijo que el problema era el invierno. Y que el invierno, en definitiva, debería durar tres meses, para que todos estén contentos.

El choique no estuvo de acuerdo: “Doce lunas de frío –declaró–, que en el sur sea todo invierno y en el norte, todo verano”. De ese modo, el que quería calor podía irse al norte, y, cuando se cansara del sol, volver al sur. La comitiva se escandalizó y se armó un lío tremendo ¡Pero si se iban a morir de hambre y de frío! Intentaron convencer al choique, le suplicaron, pero no había caso.

El choique porfiaba declarando que iba a haber doce lunas de invierno y pataleaba, y tenía patas fuertes. A los otros animales les empezó a entrar miedo de recibir un pisotón o una patada.

La mara se dio cuenta de que el choique no iba a cambiar de opinión y decidió tomar las riendas del asunto. Se dio vuelta y corrió lo más rápido que pudo hasta Elal. Corrió tan rápido que el choique, que corría muy bien, no pudo pararla.

Cuando llegó junto a Elal, él le preguntó: “¿Cuántos meses?”. “¡TRES!”, gritó la mara. “Serán tres y que no se hable más del asunto”, sentenció Elal.

El choique estaba furioso. La mara se volvió a lanzar a la carrera y esta vez, justo antes de que pudiera entrar en su madriguera, el choique la alcanzó y le pisó la cola contra el suelo. La mara tiró tan fuerte que la cola se cortó y logró esconderse en su cueva.

Desde entonces, se dice, las maras no tienen cola y el invierno dura tres meses.

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