Esta mujer es ícono histórico de San Juan y Argentina. Su nombre hace eco por su ausencia en los manuales de historia, pero retumba en el imaginario popular. Martina Chapanay fue chasqui del Ejército de los Andes, bandolera, integrante de las montoneras gauchas y sargento de la policía de San Juan, pero también fue mucho más...
El comienzo de una leyenda
Nació en Valle del Zonda, provincia de San Juan. Algunos dicen que fue un 22 de febrero, y en su honor quisieron establecer el día de la mujer cuyana. Sin embargo, no hay certeza sobre la fecha de este hecho. Fue hija de un caudillo huarpe de ese nombre y de una cautiva blanca. Su madre era una mujer de gran bondad y devota cristiana, que convirtió su casa en una escuela para los niños del lugar. De ella, aprendió los valores y la bondad de dar. De él, su sed de lucha.
Martina, con corta edad, aprendió a orientarse en los valles y montañas. Y también a montar y domar caballos. Supo manejar el arco y las boleadoras, cuando nada de eso era tarea propicia para una mujer. De a poco, comenzó a posicionarse a la altura de cualquier hombre gaucho: Aprendió a pelear y se convirtió en protagonista de historias donde sobresale por su audacia y valentía.
Pero su historia fue real
A pesar de tanto simbolismo y misticismo impreso en su historia, la realidad acompaña estas actitudes heroicas. Hay registros de su paso audaz por este mundo, y se sabe que luchó hasta el último minuto. A partir de 1822, Martina fue parte de la montonera que consolidaba el ejército de Facundo Quiroga. Obviamente, participó en las batallas que dio el caudillo riojano.
Pero después del asesinato del Tigre de los Llanos, ella vuelve a la comunidad durante cierto tiempo. Hasta que la política del centralismo porteño, que esquilmaba a los habitantes de las provincias, la conduce de nuevo a la pelea. Rápidamente encontró su camino y se sumó a las fuerzas del caudillo sanjuanino Nazario Benavídez. Martina Chapanay siguió manteniendo su militancia federal, participando en la batalla de Angaco y en el Sitio a San Juan.
Nuevos vientos de venganza
En 1859, Benavídez es asesinado por los liberales sanjuaninos, amigos de Sarmiento. Ella se repliega para luego acercarse a la montonera de Ángel Vicente Peñaloza, alias "El Chacho". Y se destaca nuevamente por su brío y valentía. Por tercera vez ve morir a su jefe en manos del enemigo: esta vez era El Chacho.
Martina regresa a Valle Fértil, la zona de sus antepasados y reside ahí hasta que se enfrenta a la muerte cara a cara, y es vencida. Fallece en 1874, en la localidad de Mogna, donde una cruz de madera indica el lugar en que fue sepultada.
Heroína argentina
Sus hazañas innumerables y heroicas son parte de la verdadera historia, que incluye a las mujeres como protagonistas. Su paso por esta vida, dejó un recuerdo imborrable en la memoria colectiva del pueblo cuyano. Su imagen de mujer valiente, entregada a defender a las familias más pobres y a reivindicar los derechos de esas provincias empobrecidas, perdura en el oeste del país. Aunque, todavía, su influencia no aparece ni en los libros, ni en las academias ni en los colegios. Hoy, solo una cueca popular la recuerda y hace mella en el imaginario popular para que su historia no se olvide entre muchas más…
“Fue Martina Chapanay la nobleza del lugar.
Cuyanita buena de cara morena,
valiente y serena no te han de olvidar”.
La Martina Chapanay – Cueca de Hilario Cuadros
Argentina, nacida en Córdoba. Investigadora en el área de lingüística. En formación constante sobre las Letras y sobre la vida, gracias a la Universidad Nacional de Córdoba. Mis experiencias en viajes me llevaron a aprender cada vez más idiomas y querer conocer diversas culturas desde adentro. Pienso en la escritura como una herramienta para transformar el mundo y volverlo un espacio justo y equilibrado.