Ser Argentino. Todo sobre Argentina

Madame La Cumbrecita

Una historia que sorprende y nos lleva a vivir experiencias místicas. La mujer que vivió en los tiempos de la guerra, entre la ciencia y el espiritismo.

Anne Marie Gourlez de la Motte fue su nombre completo. Llegó a Córdoba desde Francia, luego de miles de paradas técnicas que la formaron como una mujer nómade en tiempos de guerra. Vivió en una de las peatonales del Valle de Calamuchita una gran etapa de su historia y los últimos años de su vida.  Antes de llegar a la tranquilidad de Córdoba, esta leyenda, pasó por muchísimas situaciones...

Anne de la Motte nació en la Bretaña de 1877, época en la que ser mujer era mucho más difícil que ahora (y eso que ahora es difícil). Anne superaba los obstáculos sociales, para cumplir sus cometidos. Llegó a recibirse de médica, con el mérito de su valentía a pesar de todas las barreras: asistió a la Universidad vestida de varón para poder conocer los enigmas del cuerpo humano. Enigmas que para la época se le develaban solo a los hombres. Esta mujer obstinada e inteligente era nieta de un general de Napoleón, lo que le concedía un lugar en un sector reconocido de la sociedad. Con solo 33 años, Anne Marie quedó viuda del Marqués de la Marie, a través del cual obtuvo su título nobiliario.

Aprendizajes

En su vida de marquesa, desarrolló habilidades únicas, que no eran comunes en mujeres de la época. Dominaba con gran talento los caballos, practicaba la caza, conducía automóviles y estudiaba con pasión. Durante su duelo, estudió dos cursos de enfermería en la Cruz Roja, que le proveyeron conocimientos clave para el resto de su vida. 

En la paz y en la guerra

El destino la unió con Alexis Carrel, en una visita a la Gruta de la Virgen de Lourdes en Francia. Corría el año 1944 y conoció a su futuro compañero. Para ese momento, Carrel ya era una eminencia como médico. Luego de tres años después, en diciembre de 1913, se casaron. Ella y su marido, Nobel de Medicina, se instalaron en New York. En 1914, decidieron pasar unas vacaciones en Francia, pero Europa no era un buen destino para vacacionar. La Primera Guerra Mundial los atrapó en tierras extranjeras. Así fue que su marido Carrel recibió la orden de incorporarse al ejército francés y Anne Marie lo siguió para ponerse al frente de batalla.

Juntos montaron un hospital de campaña donde ella asistió a miles de pacientes como enfermera y asistente de su esposo. Este desempeño sería el que los llevaría al reconocimiento mundial y marcaría la historia de todos. Así fue que ambos recibieron la Medalla Militar y la Cruz de Guerra del gobierno francés. Además de que el rey de Bélgica les condecorara con la Cruz de Isabel. Todo un logro para dos médicos radicados en New York, donde volverían y se quedarían los años posteriores a sus galardones. 

Amantes y colegas

Siempre se dedicaron a las investigaciones científicas, sobre todo relacionadas a la medicina. Sin embargo, también sentían una atracción hacia los fenómenos sobrenaturales y Anne de la Motte combinada esta curiosidad con su fe religiosa. Alexis Carrel acompañó a Anne hasta 1944, año en el que falleció. Anne, luego de la muerte de su colega, tuvo varias idas y venidas en las que se fue perfeccionando como profesional. 

Llegar a Argentina

Se sabe muy poco sobre su vida de viuda (doble) antes de que se instalara en Argentina. Cuando llegó a nuestro país, vivió un tiempo en Buenos Aires, donde trabajó como enfermera voluntaria en el Hospital Fernández, entre 1945 y 1954. Luego, integró el grupo fundacional del Servicio Sacerdotal de Urgencia. No están muy claros los motivos por los que se exilió a las sierras cordobesas.

Se instaló en una habitación del primer piso del Hotel Cumbrecita, y allí vivió por el resto de sus días. Entre 1955 hasta 1968 vivió sus aventuras con tonada serrana en el Valle de Calamuchita, donde hoy descansan sus restos. En su cuarto se encontraba un tocadiscos, varias fotografías y libros que leía en cuatro idiomas, para profundizar en sus temas de investigación. Durante esa estadía se dedicó a desarrollar misteriosas facultades sobrenaturales que le permitían hacer tratamientos sanadores y le daban un poder de médium. Recibía pacientes de diferentes puntos del país, que se alojaban en el mismo hotel mientras duraban esos tratamientos. También asistió en ocasiones al médico suizo del pueblo Wirtz von Leven.

El final

Murió a los 91 años, el 2 de febrero de 1968, en un hogar para ancianos de Villa General Belgrano. Hoy en día, se la recuerda con una leyenda “Madame A. Carrel / 15-2-1877 / 2-2-1968” sobre una lápida del cementerio de La Cumbrecita. Se la recuerda por ser una de las primeras mujeres médicas, condecorada por su trabajo en el frente de batalla, y colaboradora del libro la historia de la Medicina. Por haber vivido en varias capitales del mundo, y llevar consigo la valentía de vivir y el hambre de saber.

La historia de Anne Marie Gourlez de la Motte y sus habilidades psíquicas todavía es una leyenda en Villa General Belgrano...

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