Más vale tarde que nunca: no siempre fuimos conscientes del valor arquitectónico que poseen ciertas construcciones de nuestras ciudades y, a lo largo de los años, el avance de la urbanización fue arrasando con muchas de ellas, llevándose consigo pedazos fundamentales de nuestra historia. Afortunadamente, esta concepción ha cambiado y, cada vez más, tanto desde el Estado como desde la ciudadanía se promueven iniciativas que apuntan a preservar estas obras tan importantes para nuestro patrimonio cultural.
En este caso, se trata de tres edificios que fueron construidos con el mismo fin: proveer de agua a la Ciudad de Buenos Aires. Estos palacios-tanque —ubicados en los barrios de Caballito, Villa Devoto y Constitución— fueron declarados recientemente Monumentos Históricos Nacionales por el Gobierno nacional, a través del Decreto Nº 520/22. El fin de la medida es darles protección patrimonial a estas piezas tan importantes para el sistema sanitario.