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Ir a la secciónBuenos Aires - - Jueves 23 De Marzo
Más vale tarde que nunca: no siempre fuimos conscientes del valor arquitectónico que poseen ciertas construcciones de nuestras ciudades y, a lo largo de los años, el avance de la urbanización fue arrasando con muchas de ellas, llevándose consigo pedazos fundamentales de nuestra historia. Afortunadamente, esta concepción ha cambiado y, cada vez más, tanto desde el Estado como desde la ciudadanía se promueven iniciativas que apuntan a preservar estas obras tan importantes para nuestro patrimonio cultural.
En este caso, se trata de tres edificios que fueron construidos con el mismo fin: proveer de agua a la Ciudad de Buenos Aires. Estos palacios-tanque —ubicados en los barrios de Caballito, Villa Devoto y Constitución— fueron declarados recientemente Monumentos Históricos Nacionales por el Gobierno nacional, a través del Decreto Nº 520/22. El fin de la medida es darles protección patrimonial a estas piezas tan importantes para el sistema sanitario.
Por fuera, los tres palacios-tanque son obras majestuosas que deleitan a cualquiera que pase frente a ellos. Por dentro, ocultan depósitos de agua que abastecen a gran parte de la Ciudad de este insumo fundamental para la vida. Los tres fueron construidos como depósitos de gravitación, cuya su función era, precisamente, distribuir el agua por efecto de la gravedad. Por ese motivo, fueron ubicados en puntos altos de la Ciudad.
Los depósitos de Caballito y Villa Devoto son réplicas del Palacio de Aguas Corrientes, ubicado en Córdoba y Riobamba, que data del año 1894 y que ya había sido declarado Monumento Histórico Nacional en 1989. Comparten su mismo estilo neorrenacentista francés y sus fachadas están revestidas con símil piedra París. La única diferencia entre el Palacio de Aguas Corrientes y sus réplicas es que las últimas no poseen ornamentos.
Los palacios-tanque de Caballito y Villa Devoto se construyeron como consecuencia del aumento poblacional que vino de la de las olas inmigratorias que llegaron al país a principios del siglo XX. Dado que el depósito de la Avenida Córdoba ya no alcanzaba para proveer de agua a toda la población de Buenos Aires, fue necesario llevar adelante estas dos obras, cada una de las cuales cuenta con tres niveles y 12 tanques sostenidos por una estructura de hierro, que contienen en total 72.300.000 litros de agua.
El de Caballito fue inaugurado en 1915 y está ubicado a 37 metros sobre el nivel del mar, en la manzana situada entre las calles Valle, José María Moreno, Pedro Goyena y Beauchef. El de Villa Devoto, por su parte, funciona desde el año 1917 y se encuentra entre las calles Beiró, Gualeguaychú, José P. Varela y Mercedes, a 38 metros sobre el nivel del mar.
El tercero de los tres palacios-tanque que fue declarado Monumento Histórico Nacional es el de Paitoví, en el límite de los barrios de Constitución y San Cristóbal. Localizado a 33,5 metros sobre el nivel del mar, se encuentra entre las calles Pavón, Combate de los Pozos, Constitución y Avenida Entre Ríos. El plan de la obra estuvo incluido dentro del Primer Plan Quinquenal (1947-1951) impulsado por el presidente Juan Domingo Perón.
El edificio de Paitoví fue inaugurado en 1957 y es el más austero de los tres palacios. Se trata de una construcción de estilo racionalista, donde predomina el hormigón. En este caso, posee 6 tanques con una capacidad total de 70 millones de litros de agua.
En el caso del Palacio de Aguas Corrientes, este dejó de funcionar en 1978. Sin embargo, los tres depósitos cuyo patrimonio arquitectónico fue protegido recientemente aún continúan operativos, aunque su función original se vio modificada con los años.
En lugar del sistema por gravitación de distribución de agua, en la década del 40 se implementó un sistema que funciona por ríos subterráneos, es decir, grandes conductos que llevan el agua por pendiente desde la Planta Potabilizadora General San Martín hasta las estaciones elevadoras. Allí, las bombas eléctricas la impulsan a las redes de distribución.
Por su parte, el edificio Paitoví, además de funcionar como depósito, es una estación elevadora: recibe el agua tratada de las plantas San Martín y General Belgrano y la distribuye entre más de 600.000 habitantes.
Tres obras que, por suerte, ya quedaron protegidas ante cualquier intento que atente contra el patrimonio arquitectónico de la Ciudad de Buenos Aires.
Imágenes: AYSA
Fecha de Publicación: 02/10/2022
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