¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Jueves 01 De Junio
Las brujas no existen… ¿O sí? La historia habla por sí sola: en la Argentina, ningún gobernador de la provincia de Buenos Aires logró convertirse en presidente de la Nación. ¿Lo habías pensado alguna vez? Dicen que todo se debe a la “maldición de Alsina”. Pero, además, en esta teoría hay una bruja y hasta un parapsicólogo.
Él no lo supo durante su vida, pero con los años Adolfo Alsina se convertiría en el precursor de este extraño fenómeno. El maleficio lleva, incluso, su nombre. Alsina fue gobernador de Buenos Aires entre 1866 y 1868. Luego, quiso fervientemente convertirse en presidente en más de una ocasión. La primera vez fue en 1868, pero debido a la falta de apoyo terminó siendo vicepresidente de Domingo Faustino Sarmiento. Después, en 1874, tampoco logró tejer una red lo suficientemente fuerte como para soportar su candidatura, y acabó siendo el ministro de Guerra de Nicolás Avellaneda. Por último, en 1877 quiso intentarlo una vez más, pero lo sorprendió una nueva desgracia: su propia muerte.
Fue entonces cuando se comenzó a hablar de la “maldición de Alsina”. Pero, aparentemente, no fue el único responsable de esta cruz con la que cargan los gobernadores de la provincia desde hace más de 140 años. Hay quienes dicen que todo estuvo en manos de una bruja.
En 1883, Julio Argentino Roca era presidente de la Nación. Tenía, como todos los dirigentes a lo largo de la historia, un rival político: Dardo Rocha, quien por entonces era –claro que sí– gobernador de la provincia de Buenos Aires. Pero –de nuevo, claro que sí– aspiraba a ser el sucesor de Roca y convertirse en el primer mandatario.
Dicen que los partidarios del presidente querían evitar que eso sucediera y, para lograrlo, utilizaron todos los recursos disponibles. Entre ellos, los poderes de una bruja conocida como la “Tolosana”. El rito sucedió en la noche de San Juan (del 23 al 24 de junio), en la plaza Moreno, alrededor de una bóveda subterránea. Rocha nunca logró ser presidente (al igual que Alsina) ni tampoco lo hicieron todos los gobernadores que lo sucedieron. Creer o reventar.
Para 1999, la “maldición de Alsina” ya era conocida entre los gobernadores bonaerenses. Eduardo Duhalde, candidato a presidente en ese año, se lo tomó muy en serio: no quería que el maleficio arruinara sus planes. Para eso –dicen– contrató a Manuel Salazar, un parapsicólogo. Nuevamente, en la noche de San Juan, hicieron un rito en el mismo lugar donde había realizado el suyo la “Toscana” más de 100 años antes.
Los resultados ya los conocemos todos. Duhalde perdió contra Fernando de la Rúa. Sin embargo, habrá quien sostenga que el bonaerense finalmente sí se dio el gusto de ocupar el sillón presidencial. Sucedió entre enero de 2002 y mayo de 2003, pero no fue a través del voto popular, sino por proclamación de la Asamblea Legislativa luego de la renuncia de De la Rúa. ¿Sirve igual?
Veremos, en los próximos años, si la maldición se mantiene.
Fecha de Publicación: 20/04/2021
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