General Cabrera es una ciudad y municipio ubicada en la zona centro-sur de la provincia de Córdoba, en el departamento Juárez Celman. Se encuentra a 170 km de la ciudad de Córdoba Capital, sobre la ruta nacional RN 158, la cual la une con las ciudades de Villa María y de Río Cuarto. Es uno de los núcleos maniseros de la provincia de Córdoba, que es la principal productora de maní en el país: concentra el 90% de la producción nacional. Esta actividad se da, sobre todo, en los departamentos de Tercero Arriba, Juárez Celman, General San Martín, Unión y Marcos Juárez. Uno de los puntos más destacados, es General Cabrera, que desde hace muchos años tiene como uno de los pilares más importantes la producción del maní.
En esta localidad se encuentran estancias y extensos campos donde se siembra y cosecha para sobrevivir. Entre otras localidades, como Vicuña Mackenna, Washington, Tosquita y otras, General Cabrera es una de las más visitadas por productores agropecuarios para cultivar la preciada oleaginosa. Ya que, gracias a ella, la industria y la economía se mantienen a flote y es una de las plantaciones que mayor cantidad de puestos de trabajo genera en la ciudad.
La estancia dividida
Con el correr de los años varias estancias de la zona sur de nuestra provincia empezaron a ser trabajadas por cabrerenses. Pero hay una leyenda sobre una en particular que se dividió entre cuatro dueños. La historia de esta estancia es contada por Gerardo Bessone, quien prefiere no dar indicaciones específicas sobre su ubicación, para no perjudicar a nadie. Este cordobés, especialista en recolectar mitos y leyendas urbanas de su querida provincia, cuenta la historia de esta estancia particular y su experiencia paranormal.
Ausencia y presencias
Los contratistas no quieren ir a trabajar porque en las noches serenas se oyen aterradores llantos similares a los de un niño o un bebé. Curiosamente, cuando realizan sus labores en el campo, los trabajadores deben tratar de que la maquinaria no quite de su lugar una cruz, que presuntamente indicaría el sitio del fallecimiento de una persona. Es decir, la estancia tiene contacto con la muerte y eso genera algunas hipótesis.
Testimonios
Un equipo de colaboradores de revista semanal Región del Maní visitó la estancia para conocerla, y se interesó precisamente en describir el sector hostil, donde los trabajadores se niegan a entrar. Había dos equipos de cosechadoras de maní oriundos de una localidad cordobesa, y también se encontraban los contratistas de trilla. Ellos sabían de las historias del lugar, pero nunca escucharon nada raro, por lo que a nada le temen. Inclusive uno de los hombres dejó la casilla del equipo a pocos metros de la cruz más de una semana, donde hasta elevaron una oración al cielo.
La estancia tiene una familia de caseros, pero ellos tampoco nunca oyeron nada raro, aunque sí escucharon los relatos del llanto de quienes si fueron testigos del aterrador sonido.
Las luces de la estancia
Una historia que se cuenta en el lugar es que, una noche, un grupo de contratistas de siembra de maní vieron dos luces rojas como de un auto que se retiraba de la estancia, pero por medio de un lote sembrado. Así que, predispuestos a ayudar, intentaron llegar al lugar creyendo que podía ser alguien en problemas. Pero, a medida que se acercaban, las luces se alejaban aún más. Lo más extraño era que el recorrido se hacía por donde no había camino, e incluso traspasando alambrado. De hecho, uno de los tendidos de postes, alambre y varillas cortó el recorrido de los asombrados hombres, que no pudieron alcanzar al misterioso “auto”, ni descubrir de qué se trataba...
Argentina, nacida en Córdoba. Investigadora en el área de lingüística. En formación constante sobre las Letras y sobre la vida, gracias a la Universidad Nacional de Córdoba. Mis experiencias en viajes me llevaron a aprender cada vez más idiomas y querer conocer diversas culturas desde adentro. Pienso en la escritura como una herramienta para transformar el mundo y volverlo un espacio justo y equilibrado.