Para quienes no viven en el conurbano bonaerense (entiéndase “los porteños”), los barrios que contiene suenan como tierra de nadie. Como un lugar cercano, pero a la vez lo suficientemente lejos como para no tomarse la molestia de visitarlo. Tal vez algunas localidades de la zona norte pueden ser la excepción. Pero al sur y al oeste pocos se les animan, a menos que tengan un buen motivo para acercarse, como algún familiar o un amor que vive más allá de los límites de la General Paz. Lo demás permanece como un enigma.
Sin embargo, el conurbano está lleno de joyitas que solo quienes viven allí conocen. Pequeños emblemas que pertenecen a cada barrio, que forman parte de su historia, su esencia y su ser. Una identidad compartida que para los locales no necesita explicación. Para los foráneos, en cambio, es toda una historia por descubrir. O, mejor dicho, un montón de historias condensadas en una sola.
Hoy te invitamos a viajar a Monte Grande, en el partido de Esteban Echeverría, en la zona sur del Gran Buenos Aires, para conocer su “plato volador”. Entre comillas, claro, porque no es un ovni de lo que estamos hablando, sino de un tanque de agua cuya cúpula es bastante parecida a la imagen que tenemos de lo que podría ser una nave extraterrestre.
El punto de encuentro
En cada barrio existe una esquina o algún lugar donde la gente se encuentra. Donde es común ver personas que, sin dudas, están esperando la llegada de otras. El punto de encuentro por excelencia de Monte Grande es el plato volador, que está ubicado en la Plaza de los Fundadores, muy cerca de la estación del tren Roca. Las reuniones y los grandes sucesos de la localidad tienen cita allí. Tal es así que, hace algunos años atrás, una pareja decidió celebrar su casamiento en ese sitio, en el lugar exacto donde se habían citado tantas veces siendo novios.
El tanque tiene una razón de ser, por supuesto. Pero, para la mayoría de los vecinos, es más importante lo que representa que su función específica. Es más una obra de arte que una pieza de ingeniería. De hecho, hace algunos años fue intervenido por Leandro Pimentel, un artista que utilizó las enormes dimensiones de la estructura como un lienzo en el que desplegó una obra que representa los cuatro elementos de la naturaleza: agua, fuego, tierra y aire.
La historia del tanque
Según apuntan desde la Subsecretaría de Cultura de Esteban Echeverría, el plato volador fue construido por Obras Sanitarias de la Nación (hoy AySA) entre los años 1972 y 1974. El encargado de llevar adelante la obra fue el ingeniero Eduardo Alfredo Spinetto, oriundo de Monte Grande. Posee 26 metros de alto, un diámetro de 24 metros y una capacidad de 500 m3.
Pero, más allá de su enorme tamaño, lo más llamativo es sin dudas su forma, que tiene relación con la arquitectura de la época, pero también con la física de la presión del agua, ya que permite contener el agua y, al mismo tiempo, mantener ocultas las escaleras y las tuberías del tanque. En la actualidad, continúa en funcionamiento y forma parte de la red de abastecimiento de Esteban Echeverría. Su contenido se mezcla con el agua proveniente de otras baterías de pozos y tanques, para poder proveer del agua necesaria para todo el municipio.
Una de las 8 Maravillas de Conurbano
La cuenta de The Walking Conurban se encarga de rescatar estas maravillas ocultas en el conurbano. Recientemente, propuso una votación entre sus seguidores para encontrar a las “8 maravillas” del Gran Buenos Aires. El tanque de agua de Monte Grande fue elegido como una de ellas, después de recibir más de 25.000 votos en la encuesta.
Luego de conocer esta historia, a ver cuándo nos animamos a cruzar la General Paz y encontrarnos –nosotros también– en el plato volador de Monte Grande.
Comienza la votación por las 8 Maravillas del conurbano. La dinámica va a ser un tweet con encuesta y las dos fotos para elegir en los comentarios. Hay tiempo hasta hoy a la noche. El sabado es la final.
— TheWalkingConurban (@walkingconurban) August 4, 2021
Traigan vino que copas sobran (?)
Imágenes: @walkingconurban // Agencia Universitaria de Noticias
Licenciada en Comunicación Social y correctora. Nacida y criada en el oeste del conurbano bonaerense. Sagitariana, vegetariana, crossfitera y viajera. Estoy convencida de que, con las palabras, podemos hacer magia. Pasen y lean.