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Una mujer en la astronomía

La astronomía parece cosa de hombres. Yelem rompe con ese mito y, como mujer, lleva la ciencia a los que tienen menos posibilidades.

María Yelem Jorge es ama de casa, mamá de Sofía, comerciante en una pequeña tienda de diseño y estudiante de Profesorado en Física. Además, trabaja ad honorem en el Observatorio Astronómico de la Ciudad de Santa Fe (CODE). Su pasión por la Astronomía viene desde siempre. Yelem compraba revistas y miraba cuanto documental o película sobre las estrellas había dando vueltas. Pero su historia actual de laburo a full en este campo comenzó “hace unos tres años, cuando un día dije en casa que sería lindo ir a ver la luna por un telescopio. Fuimos al CODE y quedé fascinada”. Yelem se hizo socia del observatorio, empezó a ir más seguido y fue tomando cursos, asistiendo a seminarios, congresos y capacitaciones. Hoy, es la secretaria de la institución y lleva adelante varios proyectos, orientados a la divulgación y la idea de llevar estas ciencias a todo el mundo

Proyectos y compromiso social

Junto a otros colaboradores del observatorio, Yelem lleva adelante dos proyectos de gran valor social y educativo. Por un lado, El cielo de mi barrio, taller de astronomía para niños y adolescentes. “Es un taller itinerante que se traslada a los barrios de la ciudad. Con esto puede alcanzar la astronomía a esos sectores de la sociedad que no tienen accesos a charlas, cursos y talleres. Muchos chicos nunca vieron un telescopio, así que es una experiencia realmente valiosísima”.

La otra iniciativa se llama CODE Móvil. “Las escuelas lo piden y nosotros los visitamos. Llevamos a las instituciones educativas videos y charlas para iniciar a los chicos en temas astronómicos”.

Ser madre, trabajar y estudiar

La fascinación de Yelem por la Astronomía la llevó a comenzar, este año, el profesorado en Física. Tomó esa decisión después de enterarse que este campo del saber está íntimamente ligado con el estudio del cosmos. “No es lo mismo estudiar a los 20 que a los 43. Pero, cuando uno hace lo que le gusta, le pone mucha pasión”. El desafío es grande cuando se tiene que comenzar semejante carrera sin dejar de ser madre de una niña, comerciante y ama de casa.

Cuando escuches a esos dinosaurios decir que la ciencia es cosa de hombres, contales esta historia, la de Yelem, o la de cualquiera de las miles de mujeres que no abandonan su pasión, sino que la potencian y la comparten con los demás.

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