A veces no hace falta ser grande para tener las cosas claras. Ya desde su adolescencia, Sofía Pascual comenzó a colaborar con quienes lo necesitaban dando apoyo en un barrio vulnerable cercano a su casa, en la localidad de Bella Vista (Buenos Aires). A sus jóvenes 21, se convirtió en voluntaria de Red Solidaria. Y eligió como destino el país más pobre del continente: Haití.
Para llegar hasta Haití, trabajó para conseguir el dinero y pagar el pasaje. Una vez allí, fue la encargada de crear la Red Solidaria local, con el apoyo de Juan Carr. Vive en la escuela de Gwo Mòn, un pueblito que carece de energía eléctrica; se baña con agua de lluvia y no tiene televisor. Su primera campaña hizo foco en los más chicos: se trató de juntar útiles escolares.
Sofía es ejemplo de solidaridad, amor por el prójimo y humanidad, en estas épocas en las que tanto se dice que la juventud está perdida.
Licenciada en Comunicación Social y correctora. Nacida y criada en el oeste del conurbano bonaerense. Sagitariana, vegetariana, crossfitera y viajera. Estoy convencida de que, con las palabras, podemos hacer magia. Pasen y lean.