El sur de Córdoba quedó conmovido por la historia de este emprendedor que decidió dejarle a su empleada de confianza, la empresa que construyó durante más de 60 años.
La historia
Juan Moreyra es un comerciante y emprendedor de más de 80 años. Actualmente se encuentra atravesando problemas de salud, y es por eso que tomó una decisión junto a su esposa antes de que ella falleciera. Se trataba de heredar con su empresa a la empleada de confianza que los acompañó durante años. En agradecimiento a la fidelidad y confianza de todos los años vividos, Juan decidió recompensarla regalándole todo lo que tenía y había construido.
Este cordobés es dueño de Moreyra Gomas, una empresa de neumáticos ubicada en Coronel Moldes, en el sur de la provincia de Córdoba. Este negocio funciona hace más de 60 años dándole empleo a varias personas y brindando servicios de calidad.
La homenajeada
Deolinda trabaja con él desde hace 40 años en la empresa que Moreyra montó junto a su familia. Y quedó sorprendida cuando su patrón le otorgó los poderes y el honor de hacerse cargo de una empresa de tantos años. Fue inesperado, pero en algún punto esta historia toma sentido. Ya que Deolinda comenzó a trabajar con la familia cuando ella tenía apenas 12 años. A partir de allí y con el paso del tiempo sumó experiencias y aprendizajes, y se ganó la confianza ciega y total de esta familia. Su historia pone en evidencia la situación de los niños en ciertos sectores del país, que a temprana edad se ven expuestos y obligados a trabajar por las situaciones circundantes. Y porque vienen de una familia que no puede garantizarles los derechos básicos, como salud, techo, comida y educación. Esta es una historia con final feliz, pero también hay historias de niñas y niños que son explotados y maltratados en ámbitos laborales, donde no deberían estar. El único lugar real donde deberían estar los niños de 12 años es la escuela. Nuestra tarea como ciudadanos argentinos es construir un país donde esto sea posible.
La historia de Deolinda
La historia de Deolinda, por suerte, se caracteriza por hechos destacables y un entorno muy amoroso. Y es por eso que su desenlace es así: con un final feliz. Agradecida por la noticia, Deolinda contó a los medios cómo fueron sus comienzos y confesó que aprendió todo lo que sabe gracias a Juan y a su esposa. “Soy de una familia muy humilde, de muchos hermanos. No podíamos estudiar, así que me mandaron a trabajar. Cuando me preguntaron qué sabía hacer, les dije que de todo, pero en realidad no sabía hacer casi nada. Así que todo lo que sé y quien soy se los debo a ellos”, dijo.
Deolinda recordó que pudo festejar su cumpleaños de 15 gracias a los Moreyra; y que cuando se casó, su padrino fue Juan; y su esposa, la testigo. También cuenta esta mujer que sus primeras vacaciones fueron gracias a esta familia, ya que la llevaron como si fuera su hija. Más que una empleada de confianza, Deolinda es parte de la familia y se ganó su lugar en la empresa.
“Me dio la posta, es un gran compromiso y seguiremos con su sistema. La verdad es que estoy agradecida porque pensó en mí, no sé cómo explicarlo, es una emoción fuerte. Yo estuve con ellos todos estos años, y ellos siempre me ayudaron”.
En palabras del propio Moreyra
“Gracias a Dios, alguien cuidará el negocio y lo mantendrá como yo”, dijo Juan Moreyra, que decide parar de trabajar para la empresa, no sin antes dejar en buenas manos su negocio. “Después de 64 años, he cambiado la firma. Esta decisión la habíamos tomado con mi esposa y con Deolinda, quien hace 40 años trabaja acá. Mi salud no me permite estar más frente a la firma, pero todo seguirá igual, la atención continúa como antes, y cada vez mejor”, contó Juan.
Esta es la historia de un empresario que pudo crecer gracias al esfuerzo de su empleada, y de una mujer que pudo adquirir derechos y una nueva vida, gracias a la solidaridad de un patrón consciente. Es por eso que aplaudimos esta historia, y le deseamos mucho éxito a Deolinda en su nueva carrera como empresaria.
Argentina, nacida en Córdoba. Investigadora en el área de lingüística. En formación constante sobre las Letras y sobre la vida, gracias a la Universidad Nacional de Córdoba. Mis experiencias en viajes me llevaron a aprender cada vez más idiomas y querer conocer diversas culturas desde adentro. Pienso en la escritura como una herramienta para transformar el mundo y volverlo un espacio justo y equilibrado.