Hay historias que nos inspiran y emocionan, y esta definitivamente es una de ellas. Se trata de un niño pampeano de apenas 7 años que, pese a las adversidades que enfrenta, le busca la vuelta para seguir estudiando durante el confinamiento.
Su nombre es Jeremías y fue su maestra, Sonia Lía, quién compartió su historia, rebosante de alegría y orgullo por su alumno. Gracias a ella nos enteramos de que el niño realiza un recorrido a caballo con el fin de llegar hasta una loma donde llega un poco de señal para poder enviar sus tareas.
Decidieron trasladarse debido al aislamiento
La “seño”, como cariñosamente llama Jeremías a la docente, contó que el niño estudia en un lugar rural de La Pampa, específicamente en la Escuela 99 de Santa Isabel. Pero la familia del pequeño decidió trasladarse al campo para pasar el aislamiento. Ahora se encuentran a 30 kilómetros del pueblo, en un puesto rural, muy próximo al límite con la provincia de Mendoza.
Pese a estas circunstancias, el pequeño no quiere dejar de presentar sus deberes y, por eso, realiza un recorrido a caballo para obtener señal. Así se las ha ingeniado para seguir al día con sus clases y, en compañía de uno de sus padres, realiza el viaje día por medio.
La maestra compartió varios videos donde se ve al pequeño haciendo sus tareas en pleno campo, muchas de ellas aún subido al caballo. Cumple con sus actividades de gimnasia, canta y realiza sus lecturas, aun en días de mucho viento y frío.
Según la docente, Jeremías no es el único que ha tenido que realizar esfuerzos para mantenerse al día con las actividades. A otros de sus compañeritos también se les dificulta la situación. Sin embargo, destaca la responsabilidad y las ganas de estudiar que demuestran cada uno de ellos.
La historia del pequeño pampeano y su recorrido a caballo, será una de esas anécdotas que recordaremos con emoción, cuando todo esto pase.
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Madrynense y argentina. Lic. en RRPP (UP), especializada en Comunicación e Identidad Corporativa (UNIR) y docente universitaria. Apasionada por la comunicación en todas sus expresiones, porque como dice Paul Watzlawick “Todo Comunica”… las palabras, las reacciones y nuestro cuerpo. Mi desafío profesional es cuidar de “ese todo”, aportando mis conocimientos y gestionando las herramientas necesarias para que las comunicaciones fluyan como las olas del mar.