Leandro Fernández tiene 18 años y ganó el oro entre más de 300 chicos. Es un apasionado por la química y sabe que, en un futuro cercano, estudiará una carrera relacionada. Lean vive en General Deheza y compitió en las Olimpíadas realizadas en Villa Giardino. Para el momento de su gloria, se encontraba cursando el 7° año del ciclo Técnico Químico en el Instituto Técnico Adrián Pascual Urquía (Itapu). Es el primer alumno del Instituto que llega a estas instancias de reconocimiento. Este año, la edición era la número 29. El Itapu viene compitiendo año tras año, sin embargo ningún estudiante se había llevado un oro hasta el momento. Por eso, es un orgullo.
Además, ganar el oro en estas Olimpíadas le habilita muchas oportunidades. Leandro tiene la posibilidad de ser un estudiante de la delegación representante de Argentina. Este grupo de estudiantes nos representa a nivel internacional. Las Olimpíadas tienen dos instancias más: instancias Iberoamericana (Brasil) e Internacional (Turquía). Y Leandro podría viajar a competir para seguir ganando.
Hasta el oro no paro
Leandro tuvo que pasar por muchas instancias antes de llegar al oro. La primera instancia de competencia fue la colegial. Luego, la intercolegial. Para después pasar a la zonal en la que competían estudiantes desde Río Tercero hasta el sur de la provincia de Córdoba. Para, recién allí, poder competir a nivel nacional.
La instancia nacional tuvo 2600 estudiantes inscriptos. De todo el país y con diferentes realidades. Luego de las diferentes selecciones y pruebas, quedaron 300 jóvenes. Entre estos 300 que estaban en diferentes categorías y con diferentes desempeños, Leandro logró el oro.
En todas las secciones de las competencias hay diferentes categorías. Se dividen por año, nivel u otras categorías. Por ejemplo “entrenados” y “no entrenados”. Leandro compitió entre los estudiantes “no entrenados”. Es decir, recibió formación por parte de sus profesores del Itapu y de la UNRC.
Leandro todavía no sabe si será convocado o no para competir a nivel internacional. Pero tiene clara su pasión: la química. Por eso, sabe que su futuro está escrito en una tabla periódica.
Argentina, nacida en Córdoba. Investigadora en el área de lingüística. En formación constante sobre las Letras y sobre la vida, gracias a la Universidad Nacional de Córdoba. Mis experiencias en viajes me llevaron a aprender cada vez más idiomas y querer conocer diversas culturas desde adentro. Pienso en la escritura como una herramienta para transformar el mundo y volverlo un espacio justo y equilibrado.