Ser Argentino. Todo sobre Argentina

Un emprendimiento digno de admirar

Un tucumano cobró el Ingreso Familiar de Emergencia y decidió invertir el dinero para realizar portatermos y venderlos.

Daniel Suárez es uno de los tantos argentinos que se vio afectado por las restricciones ocasionadas por la pandemia. De familia humilde, el tucumano de 38 años debió dejar su trabajo de profesor particular. Cuando todo parecía ir en descenso, el Estado argentino decidió otorgar un subsidio económico, más conocido como IFE, una ayuda social destinada a las personas más afectadas por el COVID-19. Daniel no quiso utilizar el dinero para subsistir, al contrario, se animó a invertir aquel el fondo para crear su propio emprendimiento, al igual que muchos argentinos.

Con los $10.000 de la ayuda social, compró los primeros materiales que le servieron para fabricar sus portatermos, empezar a comercializarlos y colaborar con la economía de su hogar, ya que su madre trabaja vendiendo ropa y su padre es canillita. Por fortuna, el inicio del proyecto fue muy bien y el tucumano logró vender varios set. Estos son fabricados con cartón flex y por fuera llevan cuerina de diversos colores o personalizados según pida el cliente, que en su mayoría se inclina por los escudos de los equipos de fútbol.

Daniel pone toda su creatividad e ingenio en la preparación de todos de sus productos, los cuales son realmente vistosos y disponen del espacio suficiente para guardar el termo, el mate, la yerba y la azúcar. El tucumano los vende cada uno a $1000, un precio más que accesible para este tipo de producto realizado de forma manual.

Un camino de lucha

En el momento en que Daniel supo que iba a cobrar una ayuda del Estado, pensó en que lo que más le hacia falta era un par de zapatillas. Sin embargo, la necesidad lo hizo cambiar de opinión y pensó que comprarse calzado sería un desperdicio. Al contrario, invertiría el dinero en algo que le permitiera salir de la difícil situación que estaba atravesando. Por otro lado, se considera un apasionado de las artesanías y realizar portatermos fue la mejor opción. Aunque a la fecha Daniel asegura que solo cobro uno de los IFE y que aún espera recibir los dos restantes para continuar potenciando su negocio.

En la actualidad Daniel continúa enseñando a niños y niñas, pero no percibe ningún tipo de ganancia por esta tarea. Su rol de profesor es un modo de colaboración para un merendero de la provincia a donde asisten jóvenes de escasos recursos económicos que, al igual que Daniel, buscan un mejor futuro.

Daniel relata que su situación es similar a la de muchos argentinos durante estos tiempos de pandemia. Ya que sus padres viven de trabajos que se vieron restringidos por las medidas estatales que prohibieron actividades como la única forma de evitar la propagación de los contagios. Con este panorama, fueron muchas las familias del país que cayeron en la pobreza y, en este marco, el Estado nacional decidió destinar un Ingreso Familiar de Emergencia.

Mientras algunos utilizaron esta ayuda económica para la adquisición de alimentos, otros decidieron apostar a pequeños emprendimientos y multiplicar esas ganancias. Daniel es solo uno de los muchos argentinos que se animaron a convertir ese dinero en proyectos propios como una salida a la crisis. Verdaderas historias de lucha y perseverancia.

Rating: 0/5.