Cada quien escribe su propia historia. Y, cuando se cruzan dos almas libres, el resultado puede ser una historia de amor como ninguna otra. Hoy queremos contarte una de esas, que tiene como protagonistas a un tucumano y a una francesa. Y, como telón de fondo, nada más y nada menos que los Valles Calchaquíes. Conozcamos a Juan y a Fabienne, sus protagonistas.
De Tucumán a Grenoble
Juan Concha Lozano nació en la provincia de Tucumán, donde vivió hasta su juventud. Luego emigró a Francia, donde vivió durante más de dos décadas. Allí se vivía en Grenoble, donde era el dueño de una empresa agroindustrial de productos orgánicos a base de papas.
A pesar de haber estado largos años residiendo lejos de su tierra, en el fondo de su corazón, Juan sabía que algún día regresaría a su Tafí del Valle natal, donde su familia tenía un rancho de montaña. Lo que no imaginaba era que su proyecto incluiría al amor de su vida: cuando la conoció, supo que no se separarían más.
De aquí, de allá y de todos lados
De Fabienne Nouvelot podríamos decir que es nómade de nacimiento. A pesar de su origen francés, por el trabajo de su padre —un geólogo e ingeniero que se dedicaba a identificar necesidades hídricas en países emergentes—, su lugar de nacimiento fue en la localidad de Yaundé, en Camerún. Sus primeros años los pasó en la selva, entre elefantes y jirafas. Los destinos que le siguieron fueron Recife, en Brasil, y Quito, en Ecuador.
Cuando comenzó esta historia, vivía en Lyon, Francia, donde trabajaba como profesora de francés para extranjeros en la universidad. Sin embargo, algo en ella le decía que ese no era su lugar en el mundo. Pero le restaba decidir cuál sería el sitio donde finalmente se asentaría. Hasta que lo conoció a Juan, y Tucumán se convirtió casi naturalmente en el lugar indicado.
Amor en el aire
La inminencia de un viaje en avión siempre es emocionante, a pesar de que el viajero lo haga con frecuencia. Muchas cosas pueden suceder cuando se emprende un viaje, incluso encontrar el amor. Todo comenzó en un vuelo que unía Madrid y Buenos Aires, en el año 2005. Fabienne viajaba junto a su hermana hacia Latinoamérica, donde habían planeado realizar un recorrido que uniría los Andes y Ecuador. Juan viajaba a Tucumán a pasar las fiestas con su familia.
Luego de comenzar una charla casual, ambos sintieron que allí había algo más. El destino quiso que vivieran a tan solo una hora de tren, por lo que —una vez que cada uno terminó con sus respectivos planes— se reencontraron en Francia. Sin embargo, gran parte de la conexión que generaron fue de manera virtual, a través de decenas de mails que iban y venían.
Una nueva vida
Juan y Fabi sabían que querían estar juntos, la pregunta era dónde. Y la respuesta vino de él, cuando le propuso viajar a la Argentina y construir, juntos, una posada en Tafí del Valle, con la sustentabilidad como premisa. El lugar en cuestión sería el rancho familiar que el tucumano tenía en la montaña. El concepto que querían ofrecer a los turistas era algo similar a una maison d’hôtes, es decir, una casa de huéspedes, similar a las que pueden encontrarse en la campiña francesa.