Ser Argentino. Todo sobre Argentina

Sin pilas, sin cables, ni piedras

El Magiclick es otro gran invento argentino que trascendió nuestras fronteras. Acá su historia y la de su creador.

Ya no existe más, pero fue una genialidad para la época. El “Magiclick” era un encendedor de hornallas pero sin llama, básicamente. El antecesor de los encendedores que usamos hoy en la cocina. Era como un encendedor rectangular que en la punta generaba un arco eléctrico que producía una chispa y en contacto con el gas encendía la hornalla. Lo mismo que con la llama directo, digamos. Un sistema usado posteriormente en muchos artefactos combinando gas y chispa eléctrica. Hoy, precisamente, sus sucesores usan la llama para encender las hornallas y otros dispositivos de gas. Y su nombre pasó a ser un “genérico”, denominación con que se conoce a los productos que a través de su nombre nombran a toda la categoría (tipo las hojitas de afeitar Gillette que te habrá contado tu abuelo).

Me acuerdo de que la segunda generación de Magiclick era con el mismo sistema pero con forma similar a la de una pistola. Una evolución ergonómica mucho más cómodo para usar, que también servía para jugar a los cowboys, soldados y mafiosos de toda calaña hasta que tu vieja tenía que cocinar y arruinaba todo el juego.

 

 

Sr. Inventor Hugo Kogan

Te cuento un poco sobre la vida de su inventor, Hugo Kogan, para ser justo. Porque el Magiclick será un gran invento pero el hombre detrás era más groso todavía.

Hugo no solo fue uno de los diseñadores industriales (esa gente que se dedica a inventar y diseñar productos para lo cual, creeme, tenés que dominar un montón de ciencias) más influyentes de Argentina y Sud América sino que además eso y su carisma lo convirtieron en un referente de su profesión. Era escultor y estudió arquitectura en la Universidad Nacional de La Plata después del secundario industrial.

Ya en su primer trabajo logró un éxito. Arrancó en 1954 en Philips y al año pasó a Tonomac, en donde diseñó la radio “Platino” que venía con AM, FM y 6 bandas de Banda Corta (frecuencia que escuchan los radioaficionados). Mi tío tenía una y me acuerdo de juntarnos con mis primos a la noche a escuchar radios que presumíamos de Rusia y otros paises de idiomas desconocidos. No contento con eso, diseñó y desarrolló el primer televisor portátil argentino. Que tenía una carcasa de plástico y venía en varios colores vivos que eran una novedad y un fiel representante del diseño y el estilo de los años 60. El "Arte Pop". La rompió toda.

Unos años después, en 1963 para ser más preciso, trabajando en Aurora (otra gran empesa nacional de los ’60 – ’70) investigaba sobre la naciente industria de los piezoeléctricos e inventó el Magiclick. Su publicidad lo destacaba como un encendedor “sin pilas, sin cables, ni piedras” desatando la curiosidad de miles de personas. Literal. Tantas que sus proyecciones de ventas iniciales eran de cinco mil unidades por mes y en menos de seis meses llegaron a superar las ochenta mil. También prometía durar ciento cuatro años, con lo que en 2067 deberemos comprobar si es verdad o solo fue un chamuyo publicitario. Ahora yo te juro que se bancaban golpes y caídas y eran casi irrompibles y que no fallaban ni con 100% de humedad. Así que le tengo mucha fe para el 2067.

 

Talento Argentino

Hugo nos dejó más de doscientos inventos magníficos todos. Varios de ellos están en las colecciones permanentes del Moderno, Malba y Bellas Artes. Así que si andás con tiempo por la ciudad pasate por alguno de estos museos que entre sus colecciones internacionales de gran nivel vas a ver los diseños de Hugo. Que también ganó tres diplomas al mérito de los Premios Konex (no hay Premio en la categoría pero los diplomas valen lo mismo). Otro gran referente del talento argentino.

 

ImagenDiseño Industrial Argentino

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