"No fuiste planeada, no te buscamos"

Marcelo Salvazzini es un tipo común. Desconocido. Bah, al menos hasta hace un tiempo. Cuando tomó alguna popularidad por una carta que le escribió a su hija. "No fuiste planeada, no te buscamos", dice. Fuerte manera de afrontar el tema del aborto.

Yo creo que Marcelo debería ser más popular, por eso esta nota

Marcelo, de común, no tiene nada. Es un padre que ama a su hija y quiere lo mejor para ella; quizá como todos nosotros. Pero él decidió darle una lección. Que parece dura, pero está llena de amor. Amor porque enseña. Amor inmenso por su hija.

En pocas palabras, Marcelo le escribió a Agustina que ella no había sido fruto de una paternidad planeada. Pero no se quedó ahí. Con mucha crudeza, le dijo que si hubiera existido la posibilidad de que su madre se hubiera hecho un aborto legal en un hospital público, él no sabe qué habría pasado. Que quizá hubiera sido más fácil el aborto y prescindir de la gran responsabilidad de ser padre.

Es lo que miles de padres habrán vivido, sin más ni menos. Es obvio que Marcelo y su esposa decidieron continuar con el embarazo. También, como muchos otros.

Sincericidio

Lo inusual de la carta es que Marcelo reconoce que cuando el embarazo llegó, su pareja no estaba constituida. Había miedo. Y él era muy joven. "Muy pelotudo", como se describió a sí mismo. Como todos los jóvenes. Como su hija. Pero tuvo la claridad de admitirlo. Y reforzar así, que tomaron la decisión de ir contra un aborto casi forzados por la realidad, más que por el amor.

Grand finale

Al final de la carta, Marcelo le dice a su hija que ella fue el mejor acierto de su vida. Que la amó desde el primer momento. Y que hizo lo mejor que pudo. Como todos nosotros.

Pero va más allá. Y acá el ejemplo. Cierra diciéndole que él no comparte el pensamiento de los "pañuelos verdes" sobre el aborto, pero que la respeta a ella y su pensar. Y que solo espera que algún día ella entienda que el tema es muy serio, porque se trata de vidas. Que no hay que ridiculizar a los que piensan diferente, sino respetarlos.

Un señor muy digno de respeto, Marcelo.