La vacuna que llegó para combatir a la desesperanza

El fin de año trajo un alivio, al menos en sentido figurativo, anhelado. Las primeras dosis de la vacuna Sputnik V arribaron al país y comenzaron a aplicarse dos días antes de que culmine diciembre. La pandemia que sacudió al mundo empieza de a poco a ser resistida con avances de la ciencia. Entre medio, millones de vidas se perdieron, la economía se frenó y la incertidumbre se apoderó de la escena. La guerra invisible dejó al frente a héroes indiscutibles: el personal de salud. Y Jairo es uno de ellos, al desempeñarse como enfermero en el Hospital San Martín de Paraná. Pero también fue uno de los que se animó a inocularse para continuar dándole el ejemplo a la sociedad.

El trabajador contrajo el virus mientras desarrollaba sus tareas en el Área Covid del nosocomio. Aun así, decidió aplicarse la vacuna con la finalidad de instar a que más gente se anime a hacerlo. De todas formas, recordemos que todavía falta para que sea accesible al resto de la ciudadanía. Esta tanda constó de 300.000 unidades y sólo estuvo destinada a los equipos sanitarios repartidos en toda la Argentina. Sin embargo, su disponibilidad contiene una carga simbólica que vislumbra un horizonte más esperanzador que el que se vivió en 2020. En este sentido, el joven manifestó a Elonce TV lo que implica este hecho a nivel personal y social.

Expuestos y comprometidos

Jairo recordó que ya se cumplieron más de nueve meses desde que venimos atravesando la pandemia. Y afirmó que la tarea inicial de prestar resistencia como enfermero terminó convirtiéndose en un desafío para contribuir a la historia. Así, la manera de sumar su grano de arena fue anotándose voluntariamente para aplicarse la vacuna y concretarlo.  En su testimonio, sostuvo que lo llevó a cabo para poder seguir en la lucha y sacarles las dudas a quienes estuvieran desconfiados. Asimismo, relató que posterior a la vacunación le dieron las indicaciones sobre los posibles síntomas que podía presentar. Además, aclaró que se encuentra en perfecto estado y que puede hacer vida normal.

El entrerriano contó que cuando se contagió de COVID-19 tuvo que aislarse por 20 días en su casa y con algunas molestias. Aunque no se trató de un cuadro grave, aclaró que no se lo desearía a nadie. Por eso, llamó a la reflexión de la sociedad para tomar conciencia sobre la vacuna. También la definió como necesaria, y remarcó que esa la finalidad de su creación es que podamos salir adelante. Mientras que no dejó de mencionar el dolor que el personal de salud atraviesa por la pérdida de compañeros de trabajo.

Finalmente, Jairo expresó que la pandemia reivindicó y mostró la importancia que mantiene la profesión de los enfermeros. Muchas veces dejada de lado y sometida a pésimas condiciones. A modo de profundización, remarcó el compromiso y aseguró que desde su campo van a seguir al pie del cañón con la asistencia. Sumado a esto, consideró que la campaña de vacunación podría significar a futuro que el coronavirus arranque a aflojar un poco. Y concluyó entre risas que el pinchazo de la jeringa no duele. Si bien no existe una cura definitiva a la enfermedad, el remedio ya está entre nosotros.