Quien tiene la dicha poder disfrutar de su abuela sabe lo afortunado que es. Sabe, también, que las abuelas vienen con un bonus extra que nos hace amarlas aún más: la comida casera. Las abuelas que bajaron de los barcos, en especial, trajeron con ellas sabores, aromas y recetas que replicaron en estas tierras nuevas, que con los años convirtieron en su hogar.
Muchas de nuestras abuelas son italianas, de aquel hermoso país en el que se afianzan gran parte de nuestras raíces. Hoy te vamos a contar la historia de una abuela que, quizás, te haga acordar a la tuya. Porque Violetta es muy parecida a la mía, y a todas esas abuelas que nos malcriaron y nos llenaron de amor de chicos, y de no tan chicos.
Violetta Fantini tiene 88 años. De esos, 66 los vivió en la Argentina, pero su acento tano se conserva intacto, como si se hubiese bajado ayer del barco y no en 1954, cuando llegó a Buenos Aires desde el pueblo Fossacesia, provincia de Abruzzo, en Italia. Tenía 22 años y venía a reencontrarse con su marido, Juan Di Lallo. Él había llegado dos años antes para conseguir un terreno en Campana. Fue allí donde edificaron la casa familiar, en la que vive Violetta hasta el día de hoy.
Violetta crio allí a su familia, que entre hijos y nietos hoy suma 14 personas. Por la cuarentena, hace un rato largo que no pueden juntarse todos, pero la nonna encontró un pasatiempo muy especial para entretenerse durante las jornadas eternas: se hizo influencer.
Sí, Violetta es una abuela 2.0 que tiene su propio canal de cocina en YouTube: La nonna Violetta. Allí, hace lo que mejor sabe: realiza sus recetas y comparte sus secretos generosamente. Los secretos que llegaron con ella desde Italia, que hacen que sus platos sean sabrosos y únicos. Pizzas y pastas son sus platos de cabecera, aunque a veces también realiza preparaciones dulces típicas de su país de origen.
La nonna Violetta
En su cuenta, ya tiene 1700 seguidores. Pero todo comenzó como una forma de compartir el día a día de la nonna entre sus seres queridos. Una de sus hijas vive en el piso de arriba de su casa. Para que el resto de la familia –que no puede visitarla por precaución debido a la pandemia– pueda seguir el día a día de Violetta, decidió compartir una foto de ella amasando ravioles. Las fotos llegaron a las redes y al grupo de Facebook "Hijos y nietos de italianos". Allí, los usuarios comenzaron a pedir a gritos la receta de la nonna.
Fue entonces cuando Sol, su nieta, tuvo la gran idea: “¿Y si grabo a la nonna cocinando?”. Y eso hizo. Le pidió que hiciera la receta, explicando el paso a paso. Violetta le contó a su nieta, contenta, cómo se preparaban los cilli pieni (unas masitas dulces y rellenas). Lo que no sabía era que no solo se lo estaba contando a Sol, sino que miles de personas la verían más tarde, y aprenderían de ella.
La nonna todavía no entiende mucho cómo pueden verla desde distintas partes del mundo. Se emociona cuando su nieta le lee los mensajes de los usuarios y le muestra las fotos de quienes replican sus recetas. Recibió, incluso, un mensaje de sus parientes que quedaron en Italia y de otros que emigraron a Canadá.
La nonna Violetta nos mata de amor. Desde acá, agradecidos, seguimos mirando sus recetas.
Licenciada en Comunicación Social y correctora. Nacida y criada en el oeste del conurbano bonaerense. Sagitariana, vegetariana, crossfitera y viajera. Estoy convencida de que, con las palabras, podemos hacer magia. Pasen y lean.