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La lucha de dos padres para que su hijo deje de sufrir

Adrián Martínez es un joven misionero que padece de parálisis cerebral. Luego de diversos tratamientos, su familia pide la eutanasia para que deje de sufrir.

El joven de 22 años no habla, ni puede mantenerse de pie. Adrián sufre una parálisis cerebral irreversible desde su nacimiento y requiere de atención las 24 horas del día. Vive junto a sus padres en la ciudad de Candelaria, Misiones, y es el menor de cuatro hermanos. Sus crisis convulsivas convirtieron su vida y la de su familia en un agotamiento severo que no les da respiro. Tras recorrer los centros médicos más prestigiosos del país, se tuvo que llegar a una conclusión terriblemente dolorosa: que no se va a curar. Es por eso que sus padres pelean para aplicarle la eutanasia y así ponerle fin a sus dolencias.

El panorama representa la pesadilla de cualquier persona que tenga hijos. El muchacho depende de la ingesta de 13 pastillas diarias y pasa de un corralito de madera a la cama o una silla. Bajo esta línea, su madre, Eva Briñócoli, brindó una entrevista al programa posadeño El Periodista de Canal 12, donde relató la compleja situación. “Yo prefiero que el chico descanse, porque él también sufre. A veces llora y no sabemos lo que sucede. Muchos dirán que soy una mala mamá, que quiere matar a su hijo. No obstante, les pido que se pongan un poco en mis zapatos”, sostuvo con entereza.

Asimismo, la mujer narró que debieron extremar la vigilancia sobre Adrián porque a veces busca autolesionarse. En este sentido, explicó que se muerde o se pellizca. Además, duerme solo tres horas al día, por lo que sus padres deben levantarse diariamente a asistirlo desde la madrugada. “Con mi marido ya nos vamos poniendo grandes y no sé qué va a pasar cuando nosotros ya no estemos”, manifestó. Es que en Misiones no existe ningún centro médico donde puedan atender al joven al menos algunas horas al día.

Palabra prohibida

A diferencia de muchos países del mundo, en Argentina la eutanasia es ilegal y está tipificada como un delito. Lo mismo sucede cuando se trata de un suicidio asistido. Lo que sí está aprobado en casos semejantes es firmar un consentimiento para que no se le brinde reanimación o procedimiento al paciente. Esto sucede en situaciones que lo comprometan y debe ser avalado por un familiar o persona a cargo del mismo. En este sentido, Eva afirmó: “Pedimos este recurso porque está sufriendo. Yo no sé si recuperaría mi vida a estas alturas, pero lo que busco es vivir bien al menos un poquito”.

En 2012, el Congreso Nacional sancionó la Ley 26.742 que establece la muerte digna. Bajo esta línea, se les permite a los pacientes y familiares decidir sobre los alcances de los tratamientos terapéuticos. Siempre y cuando se realice en un marco de enfermedades terminales o incurables. Paralelamente, la expresión de la voluntad deberá realizarse por escrito ante un escribano o en juzgado de primera instancia. Es necesario contar con dos testigos y la decisión puede ser revocada por la persona en cualquier momento.

Permiso denegado

Por su parte, el Comité de Bioética de Misiones descartó el pedido llevado a cabo por los padres de Adrián. El fundamento fue la prohibición de dicha práctica dentro del territorio nacional. En concordancia, la doctora Cristina Martin, presidenta de la institución, se expresó sobre el abordaje de este tipo de problemáticas. “Aquí, uno se encuentra con un dilema que tiene que ver con la salud y la ética en general", enfatizó.  Mientras tanto, la familia Martínez sigue siendo forzada a pelear contra un padecimiento que no encuentra respuesta.

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