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Ir a la secciónBuenos Aires - - Sábado 28 De Enero
Resurgió del dolor y sobrevivió para contarlo. Nació en la histórica región de Alsacia, ubicada al noreste de Francia, en marzo de 1928. Sin embargo, adquirió la nacionalidad argentina en 1967. Yvonne vivió en la provincia de Misiones desde la década del 80 hasta el final de sus días. De profesión enfermera, siempre estuvo abocada al cuidado de la salud de los niños y ancianos. Fue víctima del terrorismo de Estado y sus testimonios representaron información crucial para reconstruir la memoria colectiva. No lograron abatirla y sus convicciones siempre la guiaron, convirtiéndola en una guardiana de los derechos humanos. Asimismo, su figura enorgullece a innumerables mujeres en Latinoamérica.
Creció en medio de un clima bélico, donde su lugar natal era disputado entre Alemania y Francia. Asimismo, cuando era muy pequeña estuvo encerrada durante cuatro años en un sótano a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, la muerte y el sufrimiento formaron parte de su andar desde la infancia. Tal vez, aquello representó motivó su vocación de ayudar al prójimo. Nuestro país incluido. Es que en 1955 se instaló en Argentina enviada por la Orden de las Misiones Extranjeras de París, a la que pertenecía. Trabajó en el Hospital Militar de Curuzú Cuatiá y, alrededor de 1958, viajó al sur para ayudar a la comunidad mapuche. Allí, promovió que se creara una Cooperativa de Mujeres Tejedoras.
En diciembre de 1977, un grupo de tareas de la dictadura cívico-militar secuestró a dos monjas compañeras suyas. Alice Domon y Léonie Duquet fueron torturadas y arrojadas vivas al Río de la Plata en uno de los vuelos de la muerte. Fue después de que el entonces teniente de la Marina, Alfredo Astiz, se infiltrara en un grupo de Madres de Plaza de Mayo. Este fue el responsable de marcarlas y entregarlas a la ESMA. Ambas fueron detenidas el mismo día que desapareció Azucena Villaflor, fundadora de la organización.
Todo indicaba que ella correría la misma suerte, pero la Embajada de Francia diseñó un operativo para sacarla del país y rescatarla. De esta manera, la maquillaron, la vistieron como una anciana y la sentaron en una silla de ruedas para subirla a un avión. Su retorno fue en 1983, con la vuelta de nuestra democracia. Se instaló en un monte misionero, donde fundó un hogar con dinero de su jubilación y donativos de sus allegados argentinos. En la localidad de Pueblo Illia, construyó un espacio para aquellos que no podían acceder al sistema educativo. Lugar que lamentablemente fue destruido a raíz de un malintencionado incendio. Pero esto no la detuvo.
Yvonne Pierron falleció en Posadas el 28 de septiembre de 2017. Sucedió a sus 88 años y en la tierra colorada que tanto amaba. En el último período, fue asistida por una familia, en el barrio Santa Rita de la capital misionera. Entre medio, recibió reiterados reconocimientos de vecinos, autoridades y organizaciones internacionales. Su entereza fue retratada en Yvonne, un documental acerca de la construcción de la memoria y el valor de ser testigo. Se estrenó en 2019 y estuvo dirigido por Marina Rubino. En él, se la escucha decir: “Al final me di cuenta de que en toda masacre, en toda muerte, siempre hay sobrevivientes”.
Fecha de Publicación: 01/08/2020
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