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Ir a la secciónBuenos Aires - - Viernes 02 De Junio
La historia de Cristino “El Chino” Centurión se convirtió en una de las más duras caras de la actualidad de Santa Fe. El hombre es chef, pero, al haberse quedado sin trabajo, decidió juntar monedas trabajando como trapito. Es cocinero profesional, pero tuvo que cuidar coches.
El Gran Santa Fe es una de las tres áreas metropolitanas del país con mayor desempleo. En el segundo trimestre superó el 20% y solo Mar del Plata y Ushuaia tienen un índice más alto, según las cifras del Indec. Hay miles de historias de personas que perdieron su trabajo en la capital santafesina. Pero la del chef trapito conmovió a todos.
El Chino trabajó durante 16 años en un restaurante muy importante de la ciudad de Santa Fe. Pero, por las consecuencias negativas del aislamiento, se quedó sin trabajo y no le quedó otra que la changa de "trapito" en calle Hipólito Irigoyen, frente a la Plaza España.
Chino vive muy cerca de las calles Candioti y Alberdi en Santo Tomé. Tiene cuatro hijos: la mayor es profesora de Lengua, el varón está terminando profesorado de Inglés, la tercera cría a sus hijas y la menor va al secundario en la escuela Normal. Se niega a que sus hijos lo sustenten económicamente. La más grande tiene el novio que trabaja en el Ministerio de Salud, pero él no le quiere mendigar a sus hijos mayores.
A Cristino le daba mucha vergüenza suplicar por ayuda, y no quería subsidios ni bolsones. De todas maneras, también es muy duro “manguear” billetes y monedas en la calle. "La sensación de pedir es muy fea. Te parás al lado de un auto y la gente te mira feo. Hay personas solidarias y otros que te pisan", contó en una entrevista radial que le cambió la vida.
A algún santafesino solidario se le ocurrió una idea brillante: convenció al Chino para ir a hablar a la radio. Así, contó su historia en Aire de Santa Fe, en una entrevista con el conductor de uno de los programas más escuchados de la ciudad.
El drama de no tener un peso en el bolsillo lanzó a Cristino a la calle cada mañana. Esa mañana, llegó a Santa Fe caminando desde su casa en Santo Tomé porque no tenía dinero para cargar la tarjeta Sube. Luego le dejó los $100 recaudados en el día a su hija y ya no tenía para volver a Santo Tomé, confesó llorando. “Uno está para ayudar a los hijos, no para pedir que me ayuden", sentenció ante el micrófono.
Mientras avanzaba la charla, los oyentes y vecinos de Santa Fe se solidarizaron y muchos se acercaron personalmente para colaborar con el hombre. Desde un remisero que le ofreció llevarlo gratis de regreso a su casa hasta Eduardo Neri, músico tropical muy conocido que se ofreció a colaborar con lo que sea.
Tras 40 minutos de entrevista, el "Chino" recibió el mensaje más esperado. El dueño de un conocido restó de la ciudad llamó a la producción del programa para ofrecerle trabajo. Ese sábado, Cristino volvió a empezar. Ahora está enfocado en rendir en la cocina. “Es lo que me gusta hacer. Trabajé toda mi vida en la cocina. Vamos a probar a ver si les sirve lo que yo hago”, compartió, con la adrenalina del primer día en un nuevo trabajo.
Ojalá sea cada vez menos necesario contar historias como la del Chino Centurión. Pero, mientras sigan existiendo, ojalá que siempre podamos contar que tienen estos finales felices.
Fecha de Publicación: 19/10/2020
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