La actividad va creciendo al ritmo de la tecnología y ya son muchos los que pasan su tiempo libre tratando de encontrar objetos de metal perdidos. Desde anillos de oro hasta monedas históricas, todo algunos centímetros bajo tierra.
Encontrar a una persona con un extraño artefacto buscando algo debajo de la tierra no parece una imagen muy frecuente. Sin embargo, alguna vez hemos visto cómo alguien, con un "aparato" al ras del piso, recorre playas y campos con la mirada fija en el suelo. Se trata de una actividad que va creciendo y ya son muchos los aficionados a la "detección de metales".
Cristian Fx, buscador con detector de metales en todo el país, habló sobre la actividad que desarrolla como pasatiempo y destacó: "Hay gente que lo hace para ganar plata y vive de esto, yo lo hago por hobby”. El hombre, que asegura que se pasa entre 4 y 8 horas tratando de encontrar algún elemento, contó que se va “a la playa o un campo a detectar. Lo hago para alejarme un poco de la rutina”.
Sin embargo, aclaró que no es algo que se pueda realizar en cualquier sitio. “Cuando te dedicás a la búsqueda, tenés que investigar lugares, pedir permiso, ubicaciones y caminar con el detector. Hace cuatro años que me dedico a esto”, dijo. Además, agregó que, cuando era más joven, no tenía la oportunidad de hacerlo porque tenía un alto costo: “Ahora lo puede hacer cualquiera, lo que hay que hacer es buscar balnearios públicos, fondo de la casa, en cualquier lado”.
Respecto a los elementos más importantes que halló, Cristian recordó: “Encontré una moneda de cobre de 1823, la Independencia fue en 1816, fijate vos los años que tiene. Muy cerca encontramos una moneda de plata de 1740, era colonial, se hacían en Potosí, Bolivia”. Por último, dijo que, en nuestra región, Punta Lara fue un balneario muy importante. Afirmó que en ese lugar encontró anillos de oro: “La gente usaba oro todo el tiempo, anillos de 25 gramos. Saqué uno de 18 gramos, de principios del siglo XX hecho a mano. Encontrás un montón de cosas, lo más normal son chapitas de lata de Coca, tapas de aluminio”.
Fuente: Infocielo
Curiosa e impaciente, investiga y no se queda quieta. Redactora por oficio y por vocación, conoce un poco de todo y se especializa en pocas cosas.